El viernes el puerto ruso de Novorosíisk repelió un ataque de drones navales, y un petrolero ruso sufrió daños la misma noche
Los ataques ucranianos a la infraestructura petrolera rusa son una fuente de preocupación para Estados Unidos que no está interesado en golpes al suministro de crudo en el mercado mundial, reporta The Financial Times.
El medio estadounidense recuerda que el viernes Kiev apuntó a la infraestructura de crudo ruso por primera vez desde que se inició el conflicto con Moscú en febrero de 2022.
Un servicio secreto ucraniano en colaboración con la Armada del país intentó atacar con drones navales el puerto de Novorosíisk, que alberga una base naval rusa y es un punto importante de exportación de crudo, ubicado al este de Crimea en la costa del mar Negro. El Ministerio de Defensa de Rusia informó que el ataque no fue exitoso y que los drones fueron detectados y destruidos por el armamento de los buques de guerra que custodian la rada exterior de la base naval.
Andréi Yúsov, portavoz de la agencia de inteligencia militar ucraniana GUR, comentó a la televisión nacional que el puerto es un “objetivo militar legítimo” por ser un punto de repostaje de la Flota del Mar Negro rusa.
La noche de la misma jornada, un buque petrolero ruso sufrió una brecha en el compartimiento de máquinas tras ser objeto de un ataque con un dron marítimo frente a la costa oriental de la península de Crimea.
El jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania, Vasili Malyuk, afirmó que cualquier ataque contra buques rusos “es un paso absolutamente lógico y eficaz hacia el enemigo”.
Aunque Estados Unidos ha pasado por alto durante el conflicto los ataques ucranianos al territorio ruso, “es muy probable que el ataque a la infraestructura petrolera provoque las preocupaciones de la Casa Blanca y otras capitales occidentales”, indica FT.
El medio explica que Washington ha liderado los esfuerzos de mantener el crudo ruso en el mercado para frenar el crecimiento de los precios globales de energía, cuya estabilización es crucial para la campaña presidencial de Joe Biden.
“Todo lo que suponga un riesgo de reducción del suministro de petróleo ruso al mercado no será bien recibido por la Casa Blanca”, comentó Helima Croft, exanalista de la CIA que dirige una investigación sobre materias primas en RBC Capital Markets.
La experta subrayó que sería muy difícil mantener el apoyo occidental a Ucrania si se produce una crisis energética más amplia.
El medio resalta que Novorosíisk exporta unos 600.000 barriles diarios de crudo ruso además de albergar una terminal marítima del Consorcio de Oleoducto del Caspio que termina allí y saca al mercado 1,2 millones de barriles diarios de crudo kazajo. Esa infraestructura también cuenta con una participación del gigante petrolero estadounidense Chevron.