LA JORNADA

Intensa sequía convierte en un enorme desierto al segundo lago más grande de Bolivia

El lago Poopó, que años atrás llegó a tener una superficie de 2.337 kilómetros de agua, se secó en su totalidad debido a la ausencia de lluvias en Oruro

Intensa sequía convierte en un enorme desierto al segundo lago más grande de Bolivia
Indígena uru pone un “barco de totora” miniatura en una zona desértica del lago Poopó, Bolivia, el 15 de octubre de 2022
Aizar Raldes / AFP

El lago Poopó, conocido como el segundo más grande de Bolivia, se ha convertido en un enorme desierto en medio de la intensa sequía que enfrenta el altiplano boliviano, una situación que deja en riesgo inminente a más de 700 comunidades que dependían de este importante depósito de agua para subsistir.

Según reportes de medios locales, el Poopó, ubicado en el departamento de Oruro, cerca de la frontera con Chile, se ha quedado sin “una gota de agua”. Esto ha originado que unos 30 municipios de esa región se declaren en “estado de emergencia”.

A pesar de la extrema condición de sequía que enfrentan los habitantes de la zona, familias que aún permanecen en los alrededores de lo que solía ser el lago, dicen sentirse desamparadas porque perdieron su principal fuente de sustento, la pesca.

“Queremos que el Gobierno departamental se acuerde de nosotros, estamos bien afectados porque vivíamos de la pesca, nos sentimos sin papá y sin mamá, estamos huérfanos“, expresó Erasmo Zuna, alcalde comunal de Phuñaca Tinta María, parte del pueblo Uru, citado por Bolivia Prensa.

De acuerdo con Zuna, el lago, que hace más de 10 años llegó a tener una superficie de 2.337 kilómetros con una profundidad de 2,4 metros, comenzó a secarse desde 2013, cuando las sequías y la falta de lluvias empezaron a disminuir su caudal.

Pero la gravedad de este desastre natural también se refleja en las aguas del lago Uru Uru, también ubicado en Oruro, que por la sequía ha pasado de contar con 250 kilómetros cuadrados de superficie a solo 10 kilómetros, lo que complica aún más la crisis hídrica, que afecta al sector alimentos y cárnico, al poner en riesgo a 75.000 cabezas de ganado.

¿Qué está haciendo el Gobierno?

Según el medio local El Diario, las poblaciones más afectadas por la sequía en Oruro son comunidades indígenas como las quechuas, aymaras y urus, que se dedican al pastoreo de ganado, y actividades de agricultura, pesca y caza en la cuenca del lago, así como la minería.

A inicios de octubre, las autoridades locales informaron que para analizar las condiciones en los lagos Uru Uru y Poopó, iban a realizar sobrevuelos en helicóptero para planificar “su canalización y mejorar los caudales de agua”, detalló el secretario de Medio Ambiente de Oruro, Olson Paravicini, citado por ABI.

“Estamos priorizando esa actividad, ya se ha hecho un levantamiento topográfico de varios sectores para hacer una canalización que nos permita garantizar mayores caudales de agua, ingreso de agua al lago Uru Uru, principalmente; entonces este sobrevuelo nos va a ayudar para determinar esos sectores y ver el estado actual en el que encuentran los lagos”, dijo el funcionario.

La zona en la que se encuentra los lagos Uru Uru y Poopó fue declarado en 2002 sitio Ramsar (Humedales de Importancia Internacional), debido a que su ecosistema albergaba una variedad única de peces y aves acuáticas, además de dar sustento a culturas prehispánicas a través de la pesca y la agricultura.

Plan de atención inmediata

Para tratar de atender a la población afectada por la intensa sequía, el Gobierno boliviano activó el plan de atención inmediata ‘Agua para la Vida, Agua para la Producción’, con el que esperan incluir a 200.000 familias damnificadas que habitan en 156 municipios de los departamentos de Santa Cruz, Oruro, Potosí, Cochabamba, Chuquisaca, La Paz y Tarija.

El viceministro de Desarrollo Agropecuario, Álvaro Mollinedo, informó el jueves, citado por ABI, que se trata de un plan de emergencia nacional para combatir la sequía en los siete departamentos afectados.

El programa, añadió, consiste en llevar agua en carros cisternas, entregar pastillas potabilizadoras, filtros de potabilización para unidades educativas y despliegue de brigadas médicas de salud.

Esta medida atenderá, en principio, a 2.000 familias de las provincias de Santa Cruz y el Chaco. “El Chaco ha sido fuertemente afectado, no tenemos agua ni siquiera para consumo humano, mucho menos para ganadería y para la agricultura. No hay agua, se han secado totalmente las fuentes de agua”, dijo el viceministro.

Luego el plan será llevado a Oruro y posteriormente se sumarán los otros departamentos, “de acuerdo a la afectación” y “al grado de declaratoria de emergencia”, para que sean “inmediatamente intervenidos” con estas acciones del Ejecutivo.

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