El canciller ruso relaciona los principales riesgos con el apoyo a Kiev por parte de Occidente y el desplome del sistema de control de armamentos y de la no proliferación nuclear
Los países occidentales “se tambalean peligrosamente al borde de un choque militar directo entre potencias nucleares”, algo que traería consecuencias desastrosas, advirtió este lunes el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en un mensaje dirigido a los participantes de la Conferencia de Moscú de No Proliferación.
A su juicio, es “especialmente preocupante” el hecho de que el “trío” de las potencias occidentales con arsenales nucleares (EE.UU., Francia y Reino Unido) se encuentre entre los patrocinadores de Kiev, asegurando que Moscú considera que eso supone graves “riesgos estratégicos” que aumentan el nivel de la amenaza nuclear.
Según Lavrov, el mundo experimenta una “crisis del sistema de control de los armamentos, del desarme y de la no proliferación nuclear”, la cual refleja una “profunda degradación sin precedentes” de la seguridad internacional.
Asimismo, indicó que los problemas relacionados con la implementación del Tratado de No Proliferación Nuclear (1968) están en aumento, agregando que el problema principal radica en el uso de este convenio para fines no relacionados con su objetivo. En particular, dijo, los países occidentales lo utilizan para ejercer presiones o realizar intervenciones directas sobre otros Estados que consideran ‘indeseables’, así como para reforzar su control de los arsenales nucleares de países como Rusia y China, que no forman parte del bloque militar.
El Centro de Energía y Seguridad, una organización no gubernamental rusa, ha convocado en abril a la séptima edición de la conferencia internacional que abordará el conjunto de los problemas asociados con la energía atómica y las armas nucleares.