El multimillonario considera que la relación de OpenAI con Microsoft ha puesto en peligro el compromiso original de la empresa con la IA de código abierto
Fabrice Coffrini, Andreas Solaro / AFP
Elon Musk, propietario de X y cofundador de Tesla, presentó el jueves una demanda ante el Tribunal Superior de California en San Francisco (EE.UU.) en la que acusa a OpenAI y a su director ejecutivo, Sam Altman, de traicionar su misión fundacional al anteponer el beneficio económico a la humanidad.
“OpenAI Inc. se ha transformado en una filial de facto de código cerrado de la mayor empresa tecnológica del mundo: Microsoft. Bajo su nuevo consejo administrativo no solo está desarrollando, sino que en realidad está perfeccionando una inteligencia artificial general para maximizar los beneficios de Microsoft, en lugar del beneficio para la humanidad”, afirma el magnate en su demanda.
A diferencia de sus predecesores, el modelo de lenguaje GPT-4 no está disponible abiertamente, una decisión que Musk atribuye a motivos comerciales.
La demanda también aborda la polémica relacionada con la destitución en 2023 y posterior reincorporación de Altman como CEO de la empresa creadora de ChatGPT, que Musk sugiere que estuvo influenciada por la intervención de Microsoft.
Según el multimillionario, la corporación cofundada por Bill Gates forzó la dimisión de los miembros del consejo directivo que intentaron destituir a Altman. Los actuales miembros de la junta, según Musk, ya no son científicos ni investigadores que apoyan y entienden la tecnología. Microsoft, que no figura como acusado en la demanda, obtuvo la licencia exclusiva del modelo de lenguaje GPT-3 de OpenAI en 2020.
OpenAI, por su parte, se mostró en total desacuerdo con las tesis en las que se basa la demanda de Musk, según informó Bloomberg, citando un memorándum interno enviado a los empleados. El director de estrategia de la compañía, Jason Kwon, dijo que las afirmaciones de Musk pueden estar relacionadas con el hecho de que “no está involucrado en la empresa en este momento”.
Desde que ChatGPT ganara popularidad, el magnate —que cofundó la startup OpenAI en 2015, pero dejó la compañía a principios de 2018 tras perder una lucha de poder interna—, ha advertido repetidamente sobre los peligros potenciales de la inteligencia artificial.