La candidatura del chavismo para las presidenciales de 2024 juega un rol fundamental en el operativo anticorrupción impulsado por Maduro, opinan analistas. Existen también motivos económicos detrás de la operación
Según Maduro no hay ciudadano en la oposición que tenga mejor nivel de aceptación que él. El operativo policial ‘Mano de Hierro’, con en el que se ha detenido a jefes militares, fiscales, alcaldes y diputados vinculados al chavismo por casos de corrupción, narcotráfico y contrabando en Venezuela, procura la disciplina interna y la “lealtad” al presidente Nicolás Maduro, opinan analistas.
El gobierno venezolano lleva a cabo desde finales de enero una operación nacional para desmantelar bandas criminales asociadas con diversos delitos. La acción ha derivado en la detención de diferentes funcionarios, muchos apoyados por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), leal a Maduro, en múltiples regiones.
En estados como Zulia, Falcón, Bolívar, Delta Amacuro y Anzoátegui, detuvieron a funcionarios asociados con el oficialismo. La Fiscalía los acusa por tráfico de drogas y de combustible.
Voceros del gobierno de Maduro prometieron que seguirían las investigaciones sobre esos delitos para dar con sus financistas, “caiga quien caiga”.
Ante los ojos de la plataforma política opositora, la operación es un “acto engañoso” y “pura pantalla”, según la calificó el dirigente opositor Andrés Velásquez.
El madurismo tiene varios “objetivos estratégicos puntuales”, con su operativo anticorrupción con miras hacia las filas del chavismo, opina el politólogo venezolano y consultor político Pablo Andrés Quintero.
Primero, busca “generar disciplina interna” dentro de su partido, dijo Quintero. Luego, intenta “detectar cualquier tipo de traición, deslealtad o maniobra que pueda poner en peligro” a Maduro ante las elecciones presidenciales de 2024, acotó.
Asimismo, trata de sanear las prácticas financieras del país de cara a la aprobación de una nueva ley de zonas económicas especiales, probablemente en marzo, detalló Quintero en conversación con la Voz de América.
“Va a permitir que se incentive un poco las inversiones internacionales por países aliados. Para que puedan tener efectividad, se requiere de disciplina, burocracia y orden dentro del gobierno. No puede existir corrupción”, indicó.
Otro de los objetivos, opina, es “sumar lealtades” a la cúpula de gobierno del sector de Nicolás Maduro, teniendo en cuenta que el oficialismo “no es una estructura monolítica, con un solo liderazgo”, sino que “hay muchos”, enfatizó Quintero.
Hay sectores alineados con Maduro, otros con los hermanos Rodríguez (Jorge y Delcy, presidente del Parlamento y vicepresidenta del poder ejecutivo, respectivamente); con Diosdado Cabello, diputado y primer vicepresidente del partido de gobierno, y con Tareck El Aissami, responsable de la industria petrolera.
Maduro busca “recuperar espacios de poder”
Jesús Castillo Molleda, politólogo y docente universitario venezolano, considera que el gobierno de Maduro “está intentando recuperar espacios de poder” en su estructura interna, exigiendo, además, rectificación a sus funcionarios.
La anulación del referendo revocatorio en su contra, la división opositora y una moderada mejoría de la popularidad de Maduro, más la ‘Mano de Hierro’, lo ubican como un potencial aspirante a la reelección en la presidencia, opina.
“Su índice de rechazo [popular] bajó del 83% al 73,2%. No hay ningún dirigente político, empresarial o ciudadano en la oposición que tenga mejor nivel de aceptación que Maduro”, precisó el directivo de la firma Zulia Productiva.
“Al madurismo le conviene mucho [la operación ‘Mano de Hierro’], porque es la única manera que tiene de salir de aquellos adversarios internos que les incomodan, de la vieja camada de Chávez. El madurismo ha venido creciendo, dando mayor participación a jóvenes y mujeres” en cargos públicos, observó.
Castillo Molleda insiste en que la decisión de Maduro, dos años antes de unas presidenciales, “es un excelente momento para lograr mover las piezas internas y lograr fortalecer su movimiento político y ‘salir’ de los adversarios internos”.
Quintero, por su parte, valora que sí existen posibilidades reales de que hayan “chivos expiatorios” dentro del chavismo para lograr dividendos políticos.
“Hay sospechas [de corrupción] contra algunos funcionarios vinculados a cargos de elección popular, que no están con la línea del liderazgo del actual presidente y que están simpatizando con otros sectores que van a aspirar o a apoyar a otra opción” del chavismo en las presidenciales de 2024, subrayó.
Francisco Arias Cárdenas, exgobernador del estado Zulia, embajador de Venezuela ante México y colíder del golpe de Estado de 1992, dijo en una entrevista reciente que Maduro tiene “la primera opción” dentro del PSUV para procurar su reelección en las elecciones presidenciales dentro de dos años.
La oposición, por su lado, debate la posibilidad de realizar elecciones primarias en sus filas para escoger a un candidato unitario para esos comicios.
Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado del país por 50 gobiernos del mundo, entre ellos Estados Unidos, ha declarado que ve con buenos ojos esa iniciativa.