En caso de negativa de la UE, la industria checa de la construcción y la automoción entraría en crisis, comunicó una portavoz de Vítkovice Steel
La República Checa solicitó a la Unión Europea que le permita importar de Rusia chapas de acero pesado hasta 2028 a pesar de las sanciones antirrusas impuestas por el grupo, declaró este lunes el ministro checo de Industria y Comercio, Jozef Síkela.
“En la situación actual del sector de la construcción, en la construcción de puentes, por ejemplo, no podemos prescindir de ellos“, señaló Síkela, argumentando que su país aún no puede sustituir al actual proveedor ruso. El ministro dijo que su país también importa chapas de acero de China, pero que su calidad es peor y los envíos no son fiables.
Al mismo tiempo, Síkela sostuvo que las autoridades checas están intentando diversificar sus exportaciones de chapas de acero, pero hasta ahora no lo han conseguido. “Creo firmemente que se mantendrá el enfoque de que las sanciones deben perjudicar principalmente a la persona a la que van dirigidas y no a quien las aplica y que, en ese caso, estaremos satisfechos”, afirmó.
La República Checa no es el único país de la UE que ha solicitado poder seguir importando productos de acero desde Rusia, ya que Bélgica e Italia también han pedido que se les conceda una excepción hasta 2028. En caso de negativa de la UE, la industria checa de la construcción y la automoción entraría en crisis, comunicó Jana Dronska, portavoz de Vítkovice Steel.
El gas ruso sigue llegando a la República Checa
Las chapas de acero no son lo único que llega a la República Checa desde Rusia. El sábado, Síkela escribió en su cuenta de Facebook* que varios proveedores suministran gas ruso a su país desde octubre. A pesar de ello, el ministro afirmó que, a finales de octubre, la cuota del gas ruso en el suministro total fue solo del 1,2 %.
“Esta situación no cambia en nada que nos hayamos librado definitivamente de la dependencia del gas ruso“, subrayó. Síkela también indicó que las autoridades checas deben considerar la futura política hacia el gas ruso y decidir si Praga debe introducir medidas restrictivas a nivel nacional o seguir armonizando las sanciones con toda la UE.