Una de las piscinas de salto olímpico del Parque Acuático de María Lenk, que brinda acogimiento a varias disciplinas de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro (Brasil), se convirtió ayer martes de un color verde brillante, desconcertando a los nadadores y otros deportistas que participaban en la final de la prueba femenina, dijo la prensa internacional.
Después de realizar un profundo análisis al agua de la piscina, los organizadores de la olimpiadas dejaron en claro que ésta no viene a ser ningún riesgo para la salud de los participantes, aunque las investigaciones se mantienen por su pigmentación. Todavía no se sabe en cuánto tiempo recuperará su color natural.
El director ejecutivo de la Federación Internacional de Natación (FINA), Cornel Marculescu, manifestí en que el estado del agua no viene a ser ningún peligro para los nadadores, aunque subrayó la “mala imagen” que fue presentada a todo el mundo debido a la televisión que ha hecho la suposición de su coloración. Asimismo, Marculescu especuló con la posibilidad de que el problema podría ser un filtro de agua defectuoso instalado en la piscina.
Ciertos expertos opinan que ese extraño color se debería a la presencia de alguna alga presente ante los bajos niveles de cloro en dicha piscina.