Gracias a una técnica de rayos X, investigadores han logrado descubrir el secreto de la dieta de estos antiguos artrópodos marinos que vivieron durante 250 millones de años
Más de 20.000 especies de trilobites corretearon por el fondo de los océanos de la Tierra durante unos 250 millones de años. Aunque sus fósiles se encuentran entre los más abundantes de los museos, gracias a que su exoesqueleto estaba impregnado de calcita, lo que favoreció su conservación, algunos datos biológicos básicos sobre estos artrópodos seguían siendo un misterio, como, por ejemplo, su hábito alimenticio, que los científicos inferían hasta ahora a partir de datos indirectos.
Sin embargo, gracias a una microtomografía de rayos X, que permite escanear, explorar y modelar muestras en 3D, investigadores de la Universidad Carolina en la República Checa han logrado distinguir en el sistema digestivo de un espécimen fosilizado de Bohemolichas incola los rastros de su última comida. El ejemplar estudiado fue encontrado en la formación Šárka de Bohemia y vivió hace aproximadamente 465 millones de años, en el Ordovícico Medio, según precisa el estudio, que ha sido publicado en la revista Nature.
En particular, los paleontólogos encontraron muchos fragmentos de caparazón densamente distribuidos, algunos de los cuales eran tan grandes que pudieron determinar a qué pertenecían.
Los resultados del análisis mostraron que los trozos de las presas ingeridas por el trilobite pertenecían todos a organismos bentónicos, es decir aquellos que habitan los fondos acuáticos y pertenecen a cualquier grupo biológico: plantas, vertebrados, invertebrados, bacterias o algas. Los fragmentos de conchas más comunes hallados en el tracto digestivo del trilobite se correspondían con ostrácodos, pequeños crustáceos parecidos a camarones, algunos de cuyos descendientes han llegado hasta nuestros días, indica Science Alert.
El trilobite también se nutría de caracoles hyolith, de estrellas de mar extintas, de unos equinoideos emparentados con los erizos de mar llamados stylophora, así como de otros animales de caparazón fino y moluscos con concha.
“El comportamiento alimentario no selectivo de B. incola sugiere que era predominantemente un carroñero oportunista“, sostiene el estudio.
Los científicos sugieren que el Bohemolichas incola podría considerarse como un triturador ligero que se nutría de animales vivos o muertos “que se desintegran fácilmente o son lo suficientemente pequeños como para ser tragados enteros“.
“Sugerimos que el comportamiento alimenticio de los trilobites pudo haberse parecido a los correspondientes ciclos de vida de los crustáceos modernos”, concluyeron los biólogos checos.