El jueves 17 de agosto, a través del MTI, se dará inicio a la construcción de 30 nuevos kilómetros de la Carretera Litoral del Pacífico en Nicaragua.
Este nuevo tramo de la Carretera Costanera se extenderá desde las cercanías del Empalme El Coyol hasta El Astillero en Brito, e incluirá la construcción de 5 puentes y 9 cajas puentes.
Con la incorporación de estos 30 kilómetros adicionales, se espera beneficiar a 375,000 personas y mejorar el acceso a 17 hermosas playas en la región del Pacífico sur.
Esta nueva extensión vial promete inyectar un impulso significativo al sector turístico local. Al conectar de manera más eficiente y accesible una serie de destinos costeros y playas paradisíacas, la carretera abrirá las puertas a una afluencia mayor de visitantes ávidos de explorar las maravillas naturales de la región del Pacífico.
El incremento en la afluencia de turistas, a su vez, no solo revitalizará las actividades económicas relacionadas con el turismo, sino que también brindará nuevas oportunidades para los emprendedores locales, enriqueciendo la oferta gastronómica, hotelera y de entretenimiento.
Aunque se nos presenta como un faro de esperanza para el crecimiento y la prosperidad, es crucial cuestionar la veracidad detrás de esta narrativa. ¿Será esta nueva extensión vial realmente un motor de transformación o simplemente un intento de proyectar una imagen de progreso?