Los obispos de Nicaragua viajaron a Masaya, el bastión de la oposición, para “evitar otra masacre” después de que fue atacada por fuerzas leales al presidente Daniel Ortega.
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La ciudad, que esta semana declaró su rebelión al mandato de Ortega, fue víctima de un ataque “desproporcionado” por parte de la policía y de las fuerzas paramilitares, denunció un grupo que defiende los derechos humanos.
Las fuerzas progubernamentales usaron AK47 y rifles Dragunov de francotirador contra los residentes de la ciudad, denunció el líder de la Asociación Nicaragüense de Derechos Humanos, Álvaro Leiva.
Los obispos católicos del país centroamericano, encargados el mes pasado de mediar en una confrontación cada vez más sangrienta entre el gobierno y la oposición, dijeron en un comunicado que habían decidido ir a Masaya para Masaya “evitar otra masacre, confortar y rezar con los nuestros”.
La policía antidisturbios y los paramilitares se habían desplegado el martes en la ciudad históricamente combativa después de su declaración de rebeldía.
“Le pido al president Ortega que pare la massacre de las personas de Monimbo”, dijo Leiva refiriéndose al barrio indígena de la ciudad, el cual era el objetivo de la operación. “Es incongruente hablar sobre diálogo y seguir asesinando a las personas”, agregó.
Así recibieron a los Obispos en Masaya…
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Cristina Fajardo, una de las líderes del movimiento estudiantil que lleva encabezando dos meses de protestas en contra del mandato de Ortega, dijo que alrededor de 500 hombres encapuchados y fuertemente armados se habían desplazado hacia el norte de la ciudad al amanecer del jueves.
Los residentes permanecieron dentro de sus casas mientras que los antidisturbios y los paramilitares patrullaron las calles, disparando y removiendo las barricadas que los locales habían construido.
También se realizaron funerales para las tres personas que fueron asesinadas durante los enfrentamientos en el punto álgido del los enfrentamientos en la ciudad el martes, que aumentaron a 187 el número de muertes desde que las protestas contra el gobierno de Ortega comenzaron el 18 de abril.
La esposa de Ortega y vicepresidenta del país, Rosario Murillo, dijo que su esposo estaba “comprometido a limitar esta ola de terrorismo, crímenes de odio, secuestros e intimidación”.
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El martes, las fuerzas orteguistas usaron tractores y grúas traídas de Managua para quitar las barricadas que bloqueaban la calle que da la entrada a la ciudad.
Masaya, que fue uno de los bastiones de la revolución sandinista de Ortega, ha sido un foco de protestas dirigidas contra él para sacarlo del poder. Ortega fue un guerrillero de izquierda y dirige el país desde 1979 a 1990. Volvió a la presidencia en el 2007 y el actual es su tercer mandato consecutivo.