Parafraseando al poeta español Claudio Rodríguez diría: DICHOSO el que una buena noche toma asiento frente a la TV, como tantos días más de su vida, no lo espera y, de pronto, ¿qué es esto?, mira a lo alto y ve, a LeBron James ”El Bárbaro”, junto a Irving deteniendo el aluvión llamado Golden State.
Nada hay tan claro por encima de todo y todos, que el don de James. Porque le vino del cielo, nació con él y lo ha derramado como agua que se escapó entre las manos, para agitarnos con una tapada al enemigo en la zona prohibida del tablero, o el remate de un auto pase en el último partido frente a los grandiosos Warriors.
LeBron es la verdad absoluta del baloncesto actual y sus detractores la más sórdida mentira. Tan vana como discutirle a Isaac Newton la ley de la gravedad.
Dice Nicole Kidman en “El secreto de tus ojos”, que la pasión siempre te gana y en el último partido de los Cavs, la pasión del 23 encontró complicidad en Irving, luminoso como la constelación Casiopea en una noche que podría haber sido la estocada final de Golden State.
Remando incansable a lo Ben Hur; en medio de una tormenta perfecta llamada Curry/Durant, los Cavaliers se tragaron vorazmente como león hambriento a Golden State con un aplastante 137-116, destruyendo un cierre perfecto en el ocaso de una temporada para los Warriors.
Esa noche trepidante, llena de marcas rotas, los Cavaliers tomaron pausa, tan solo para coger aire y romper récords, como el de más puntos en el primer cuarto de una final con 49, dos más que los Lakers del 87.
Los datos no mienten, el ídolo James ha superado el récord de juegos jugados, la marca de más puntos que tenía Jordan, también sus nueve triples dobles en series finales, dejando atrás a Magic Johnson. El 23 acumula siete finales consecutivas ganando tres de ellas. Una demostración precisa como la maquinaria de un Rolex marcando los segundos de cada hora sin margen para el error.
La serie está 3/1 a favor de GSW mientras LeBron campea. Será a partir de ahora una lucha juego tras juego, intentando evitar el corte de una guillotina que pende sobre estos Cavaliers. La hazaña jamás lograda después de un 0/3 pesa como el Empire State de New York.
Llega el quinto juego y el envite con LeBron “El Bárbaro”, y Durant en una misma dirección; la conquista de un anillo. Para el primero, territorio que es parte de un paisaje habitual, para Kevin su estreno.
¿Resurgirán los Cavs?, Golden State está en ventaja. Los cálculos indican que Curry & su tropa ajustarán cuentas. ¡Ya veremos!
*Miami Fl USA