Un especialista en seguridad nacional renunció al equipo, y surgen cuestionamientos a nombramiento de Giuliani para Secretaría de Estado. Lo que se sabe es que Trump ha estado dentro de su edificio en Manhattan.
El equipo de transición de Donald Trump parecía enfrentar algunas tensiones ayer martes ante el enorme desafío de formar un nuevo gobierno.
El magnate pasó fuera de la vista pública, encerrado en su rascacielos en Manhattan donde se reunió con el vicepresidente electo Mike Pence, mientras intentaba completar los puestos claves de su gabinete.
Una de las primeras señales de las tensiones internas este día fue el anuncio del exrepresentante republicano Mike Rogers, una voz respetada en asuntos de seguridad nacional, de su renuncia del equipo de transición.
Adicionalmente, una situación al parecer administrativa frenaba la capacidad del equipo para coordinarse con la Casa Blanca del presidente Barack Obama.
Después de que Trump desapareciera de la vista pública desde hace varios días, sus aliados están inmersos en una ronda inusual de conjeturas públicas sobre los posibles nombramientos que hará el magnate, así como de sus propios futuros, mientras el presidente electo y sus colaboradores sopesan los máximos cargos relacionados con la seguridad nacional del país.
El exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, parecía perfilarse para el puesto de secretario de Estado. Sin embargo, el equipo de transición de Trump revisaba las asesorías que Guliani cobra a gobiernos extranjeros, lo que podría demorar su nombramiento o enfilar al exalcalde hacia otro cargo, según una persona informada del asunto pero que no estaba autorizada a hacer declaraciones sobre el particular.
Giuliani fundó su propia firma, Giuliani Partners, en 2001, y ayudó a negocios en representación de gobiernos extranjeros, como Catar, Arabia Saudí y Venezuela. También asesoró a TransCanada, que intentó la construcción del controvertido oleoducto Keyston XL, y ayudó al fabricante del analgésico OxyContin a zanjar una disputa con la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos.
Un colaborador de Trump dijo que John Bolton, exembajador de Estados Unidos ante Naciones Unidas, continuaba como prospecto para secretario de Estado.
Bolton tiene años de experiencia en política exterior, pero ha suscitado dudas debido a algunas de sus posturas radicales, como aquella que manifestó en un artículo de opinión publicado en The New York Times en el que se pronunciaba por bombardear a Irán para frenar el programa nuclear de ese país.
El empresario Carl Icahn reveló en Twitter, tras conversaciones con el presidente electo, que Trump consideraba a Steve Mnuchin, exdirectivo de Goldman Sachs, y a Wilbur Ross, un inversionista multimillonario, para que encabecen los departamentos del Tesoro y del Comercio.
Pence, que ahora dirige el equipo de transición, ignoró las preguntas de los reporteros cuando ingresaba en la Trump Tower, con una carpeta voluminosa bajo el brazo, y cuando salió del lugar seis horas después.
Pence asumió las responsabilidades del gobernador de New Jersey, Chris Christie, quien había dirigido durante meses las operaciones de transición antes de que lo retiraran de esas labores la semana pasada.
El cambio ha frenado la capacidad de coordinación de Trump con la Casa Blanca. Pence no ha suscrito todavía un memorando de entendimiento para facilitar la interacción entre su equipo y funcionarios del gobierno de Obama. Christie había suscrito el documento pero quedó inválido con el ascenso de Pence.
Según CNN y Bloomberg News, la purga en el equipo estaría liderada por el yerno de Trump, Jared Kushner, esposo de Ivanka Trump, impulsada por rencillas personales entre Kushner y el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, quien fue el primer encargado de la transición hasta que fue reemplazado sorpresivamente por el vicepresidente electo Mike Pence.