Los gusanos pelo de caballo toman el control del cerebro de sus insectos anfitriones y los obligan a caminar hasta el agua hasta que se ahogan, y de esta manera poder ellos continuar su ciclo de vida
Un equipo dirigido por Tappei Mishina, del Centro RIKEN de Investigación de Dinámica de Biosistemas (Japón) descubrió que los gusanos pelo de caballo (‘Chordodes formosanus’), que habitan en las entrañas de las mantis religiosas, inundan los cerebros de sus huéspedes con proteínas elaboradas a partir de fragmentos de genes copiados del genoma de estos.
Los gusanos pelo de caballo nacen en el agua y utilizan insectos acuáticos como las moscas de mayo o efímeras para tomar un aventón hasta tierra firme. En tierra, esperan hasta ser devorados por insectos terrestres como grillos o mantis. Una vez que el ‘C. formosanus’ llega a estos huéspedes, comienza a crecer y manipula el comportamiento del huésped. Cuando al final alcanza su madurez dentro del anfitrión, lo induce a saltar al agua, a menudo hasta su muerte definitiva, para así reproducirse y completar su ciclo.
El mimetismo molecular
Se sabe que estos gusanos provocan que sus hospedantes se dirijan hacia la luz, lo que los lleva a buscar el agua, donde esta se refleja. Los investigadores creen que esto se logra con moléculas que imitan las del sistema nervioso de sus huéspedes y en su estudio encontraron más de 3.000 genes de estos gusanos que se expresaban más cuando estaban controlando a sus anfitriones. Por otro lado, la expresión genética en el cerebro de las mantis infectadas no cambió en comparación con las sanas.
Robo de genes por transferencia horizontal
Estos resultados indican que el ‘C. formosanus’ produce sus propias proteínas para manipular el sistema nervioso de sus anfitriones. “Sorprendentemente, muchos de los genes del gusano de pelo de caballo que podrían desempeñar funciones importantes en la manipulación de sus huéspedes eran muy similares a los genes de las mantis, lo que sugiere que se adquirieron mediante transferencia horizontal de genes“, manifiesta Mishina. Este es un proceso biológico en el que los genes se transfieren de un organismo a otro, pero sin que medie la reproducción.
También hallaron que más de 1.400 genes de los ‘C. formosanus’ coincidían con los de las mantis, pero estaban ausentes o eran muy diferentes de los de las especies de gusanos de pelo de caballo que no utilizan huéspedes mantis. Los autores del estudio concluyen que los numerosos genes miméticos que identificaron son probablemente el resultado de múltiples eventos de transferencia horizontal de genes de varias especies de mantis durante la evolución de los gusanos de pelo de caballo.
Estos genes, en particular los asociados con la neuromodulación, la atracción por la luz y los ritmos circadianos, parecen desempeñar un papel en la manipulación del huésped. Los investigadores publicaron sus hallazgos este jueves en Current Biology.
Para resistir a los antibióticos, a menudo las bacterias evolucionan mediante el proceso de transferencia horizontal de genes. Mishina considera que el estudio de la transferencia horizontal de genes entre organismos multicelulares ayudará a comprender mejor este fenómeno y la evolución en general.