La acinetobacter baumannii está clasificada como prioridad 1 en la lista de patógenos que suponen una amenaza urgente para la salud humana
Un grupo de científicos de Estados Unidos y Suiza han descubierto una clase de antibiótico completamente nueva, que parece matar a una de las tres bacterias consideradas como de mayor amenaza para la salud humana debido a su amplia resistencia a los fármacos. Los resultados del estudio fueron publicados este miércoles en la revista Nature.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la acinetobacter baumannii está clasificada como prioridad 1 en la lista de patógenos que suponen una amenaza urgente para la salud humana, junto con la pseudomonas aeruginosa y la enterobacteriaceae, otras dos bacterias gramnegativas resistentes a los fármacos.
Las bacterias gramnegativas, como la a. baumannii, son extraordinariamente difíciles de eliminar, ya que están rodeadas de una membrana externa que contiene un liposacárido que bloquea la mayoría de los antibióticos y elude el sistema inmunitario, permitiendo a la bacteria extenderse, por lo que es una de las principales causas de infecciones hospitalarias potencialmente mortales.
Según el estudio, el nuevo compuesto, denominado zosurabalpina, no solo es capaz de bloquear el crecimiento de a. baumannii, sino que también puede impedir el transporte del liposacárido a la membrana externa de la bacteria, matándola. Asimismo, los científicos comprobaron que el fármaco redujo considerablemente los niveles de a. baumannii en ratones con neumonía y evitó la muerte de los que padecían sepsis relacionada con la bacteria.
Los resultados de los experimentos con el nuevo compuesto parecen ser lo suficientemente prometedores para realizar ensayos clínicos en humanos, cuyos primeros resultados se esperan para este mismo año.
Sin embargo, otro artículo publicado por la misma revista asegura que los obstáculos económicos y la falta de incentivos para desarrollar antibióticos contra bacterias resistentes a los fármacos harán muy difícil su aprobación para uso clínico, pues este proceso suele costar más de mil millones de dólares, lo cual puede llegar a ser poco rentable si luego su uso generalizado hace que las bacterias desarrollen resistencia al fármaco.