El hallazgo podría contribuir a profundizar el conocimiento sobre las condiciones de los exoplanetas de tipo ‘Júpiter caliente’, que pueden alcanzar temperaturas superiores a los 1.000 grados Celsius
Un grupo de astrónomos ha detectado bario en las atmósferas de dos gigantes gaseosos calientes fuera del sistema solar, WASP-76 b y WASP-121 b, según un nuevo estudio publicado en la revista científica Astronomy & Astrophysics.
El bario es el elemento más pesado encontrado hasta ahora en un planeta que orbita alrededor de una estrella distinta del Sol.
Este hallazgo podría contribuir a profundizar las investigaciones acerca de las exóticas condiciones de los exoplanetas de tipo ‘Júpiter caliente’, que pueden tener temperaturas superiores a los 1.000 grados Celsius. Los gigantes gaseosos que orbitan cerca de sus estrellas tienen un lado diurno ardiente y otro lado nocturno, orientado al espacio, que es muy frío.
En el caso del planeta WASP-76 b, su temperatura diurna puede alcanzar los 2.400 grados Celsius, calor suficiente para vaporizar el hierro y otros metales. Si este se traslada al lado nocturno más frío, se licua y cae como una lluvia de hierro, explica un artículo en la revista Space.
Pero el bario es 2,5 veces más pesado que el hierro y, debido a la elevada gravedad de estos planetas, los elementos pesados normalmente caen en las capas inferiores de la atmósfera, por lo que los científicos no esperaban encontrar este elemento en las capas superiores atmosféricas. En la actualidad, el equipo no está seguro de qué proceso natural podría haber producido bario ahí.
En un comentario publicado por el Observatorio Europeo del Sur, que opera varios de los telescopios utilizados en la investigación, el autor principal del estudio,Tomás Azevedo Silva, explicó que se trató de un descubrimiento accidental.
“No esperábamos ni buscábamos bario en particular y tuvimos que comprobar que realmente procedía del planeta, ya que nunca se había visto en ningún exoplaneta”, explicó este astrónomo de la Universidad de Oporto y del Instituto de Astrofísica y Ciencias del Espacio de Portugal.
Para investigar la composición química de ambos exoplanetas, los científicos recurrieron a una espectroscopia, una técnica que se basa en el hecho de que los elementos absorben y emiten luz en frecuencias particulares. Por este motivo, cuando los rayos de una estrella brillan a través de la atmósfera, los elementos del planeta confieren a la luz una “huella dactilar” específica.
Gracias a su composición gaseosa y elevadas temperaturas, las atmósferas de WASP-76 b y WASP-121 b están muy expandidas y, por tanto, son más fáciles de observar y estudiar. Por ello, los científicos aún esperan poder averiguar qué es lo que mantiene al pesado bario en el aire.