Los niveles de ansiedad en los ratones hembra se incrementaron al eliminar un “genoma no codificante” que modifica un gen que regula el estrés y los estados de ánimo
Un grupo internacional de investigadores detectó que un cambio en una pequeña región del ADN podría ser el causante de activar el trastorno de ansiedad tanto en humanos como en ratones, informó este jueves la Universidad de Aberdeen, en el Reino Unido.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ansiedad es uno de los trastornos mentales más comunes en todo el mundo. Las personas que la padecen experimentan situaciones de miedo y preocupación excesivas, que suelen ir acompañadas de otros síntomas físicos y cognitivos, lo que les impide realizar sus actividades cotidianas. En 2019, se calculó que alrededor de 301 millones de personas sufrían de ansiedad.
El profesor Alasdair Mackenzie indica que el 95 % de “las diferencias genéticas” vinculadas con la ansiedad “se encuentran fueran de los genes que codifican las proteínas”. Explica también que esta parte del ADN, denominada “genoma no codificante”, no se ha analizado con gran detalle debido a que no se contaba con las herramientas tecnológicas para hacerlo.
Mackenzie señaló que el genoma no codificante podría contener información “en forma de interruptores genéticos”, los cuales envían instrucciones “a los genes” para indicarles “dónde y cuándo activarse”. Sin embargo, el académico precisó que existen casos en que estos interruptores genéticos “no se activan correctamente”, contribuyendo de esta manera a la aparición de “enfermedades como la ansiedad, la depresión y la adicción”.
En busca del interruptor que activa la ansiedad
Un nuevo estudio recientemente publicado en la revista Molecular Psychiatry reporta que los niveles de ansiedad en los ratones hembras aumentaron tras eliminar el potenciador BE5.1, que controla el gen BDNF, mediante la tecnología de edición genética CRISPR-Cas9.
El gen BDNF es el encargado de codificar una proteína que al unirse con su receptor ayuda a promover la supervivencia de las neuronas en el cerebro adulto. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU., este gen puede desempeñar un papel importante en la regulación del estrés y los trastornos del estado de ánimo.
Los autores de la investigación sugirieron que el BE5.1 es una parte fundamental en el mecanismo genómico del cerebro, puesto que tiene la capacidad de activar la ansiedad al regular el gen BDNF.
Por último, el científico Andrew McEwan detalló que, “para comprender la base de las enfermedades humanas complejas”, incluidas “las enfermedades mentales y otras afecciones”, es necesario analizar las proteínas, así como “los mecanismos que aseguran la producción adecuada” de estas “en las células”. “Esto solo se logrará si comprendemos mejor el genoma no codificante en la salud y la enfermedad y la función y el papel de los miles de enigmáticos interruptores genéticos que acechan en sus profundidades”, concluyó.