Los científicos explican que en la Vía Láctea los sistemas estelares múltiples son la regla y no la excepción
Científicos chinos revelaron detalles sin precedentes acerca de cambios periódicos en dos señales de brillo de un sistema joven de estrellas triples, conocidas como GW Ori, y aportaron evidencia clave de la estructura geométrica y la evolución de ese sistema, informó este miércoles South China Morning Post. La investigación, que utilizó datos de observación de la NASA, ayuda a esclarecer cómo se comportan en el universo estos complejos y caóticos sistemas.
Novedades en el sistema GW Ori
GW Ori es un sistema ubicado en la cabecera de la constelación de Orión. Alberga tres estrellas: GW Ori A y B, que orbitan entre sí y están separadas por una unidad astronómica (au), y una tercera estrella, GW Ori C, que orbita a sus dos hermanas a una distancia aproximada de 8 au y se encuentra a 1.300 años luz de la Tierra.
Los investigadores estudiaron las curvas de luz del sistema durante tres meses y encontraron dos señales, con períodos de alrededor de tres y dos días, respectivamente. “Por primera vez pudimos detectar señales a corto plazo y medir con precisión los períodos de rotación del par”, comentó el investigador principal, Tian Haijun. “Estas rotaciones, tan rápidas, son típicas de estrellas muy jóvenes y diferentes a nuestro Sol, que gira cada 25 días”, agregó.
Los científicos descartaron que tales señales fueran ocasionadas por eclipses u otras causas similares. “También descartamos la posibilidad de ‘factores creados por el hombre’, puesto que la formación de la vida tardó al menos cientos de millones de años aquí en la Tierra, y el sistema GW Ori es demasiado joven para eso”, señaló Tian. Concluyeron, entonces, que las señales probablemente se originaron a partir de la rotación de manchas estelares, semejantes a las manchas negras del Sol, en la superficie de las estrellas binarias GW Ori A y B.
Los investigadores descubrieron también que los planos de rotación de GW Ori A y B son casi paralelos a su plano orbital en el sistema binario que forman. “Esto significa que la geometría y el modo de funcionamiento del sistema binario son relativamente simples”, puntualizó Tian. El estudio fue publicado en la revista científica Science China Physics, Mechanics & Astronomy.
La regla y no la excepción
Tian plantea que, en la Vía Láctea, los sistemas estelares múltiples son la regla y no la excepción. Afirma que más de la mitad de las estrellas tienen una o más parejas y que un sistema solar como el nuestro, donde ocho planetas orbitan alrededor de una estrella solitaria, no es un fenómeno común. “Si bien estos sistemas son notoriamente difíciles de observar, esperamos utilizar telescopios más avanzados, incluido el próximo Telescopio de la Estación Espacial de China (CSST), para comprender mejor cómo se forman y se comportan”, subrayó.
También planteó que, debido a la naturaleza de la formación de estos sistemas múltiples, los “materiales sobrantes” de la enorme nube molecular, que colapsa para formar dos o más estrellas, podrían evolucionar hasta convertirse en planetas. Sin embargo, señaló que sus “movimientos e interacciones podrían volverse tan complejos que, si alguna vez existiera vida allí, podría haber sido destruida y renacer muchas veces”.