Utilizando un modelo climático complejo, un equipo de investigadores de Países Bajos predijo graves repercusiones climáticas globales y Europa sería la más afectada
El derretimiento de los glaciares podría hacer colapsar en pocos años la circulación de la AMOC, un sistema de corrientes que llevan calor al hemisferio norte, sugiere una reciente investigación publicada en la revista Science Advances.
Sin esta fuente de calor adicional, las temperaturas promedio podrían bajar varios grados en América del Norte, partes de Asia y Europa, acarreando consecuencias nefastas para gran parte del mundo, informa por su parte The Guardian.
Utilizando modelos informáticos y datos anteriores, un equipo de investigadores de la Universidad de Utrecht (Países Bajos) desarrolló un indicador de alerta temprana para una posible ruptura de la circulación meridional del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés), un vasto sistema de corrientes oceánicas que es un componente clave en la regulación climática global.
La AMOC incluye parte de la Corriente del Golfo y otras poderosas corrientes, y se encarga de llevar calor, carbono y nutrientes desde los trópicos hacia el círculo polar ártico, donde se enfría y se hunde en las profundidades del océano. Esta agitación ayuda a distribuir energía alrededor de la Tierra y modula el impacto del calentamiento global causado por el hombre.
“Nos sorprendieron las respuestas transitorias y los impactos climáticos del colapso de la circulación del océano Atlántico”, explicó el líder del estudio, René van Westen, citado en un comunicado de la universidad. Según su modelo, en caso de que la AMOC colapsara, el clima europeo se enfriará aproximadamente 1 °C por década, pero algunas regiones experimentarían un enfriamiento de más de 3 °C por década.
La comparación de estas cifras con la tasa actual de calentamiento global de 0,2 °C por década, muestra la naturaleza sin precedentes de los impactos climáticos que puede acarrear una disminución de temperaturas tan brusca.
“Las temperaturas más frías en Europa pueden parecer positivas, pero las repercusiones son de gran alcance: otras regiones experimentan un calentamiento acelerado y patrones de precipitación alterados. Además, se prevé un aumento de 100 cm en el nivel del mar en Europa por el abrupto colapso de la circulación oceánica”, advirtió Van Westen.
Además de hundir a varios países en una “congelación profunda”, extendería el hielo del Ártico más al sur, aumentaría aún más el calor en el hemisferio sur, cambiaría los patrones globales de lluvia y destruiría la selva amazónica.
Hasta ahora no ha habido consenso de los científicos sobre la gravedad del evento y acerca de la probabilidad de su surgimiento en el siglo XXI. Un estudio del año pasado, basado en cambios en las temperaturas de la superficie del mar, sugirió que el punto de inflexión podría ocurrir entre 2025 y 2095.
Sin embargo, la Oficina Meteorológica del Reino Unido considera que cambios grandes y rápidos en la AMOC son “muy improbables” en el siglo XXI.