Los científicos reconstruyeron cómo se formaron las crestas de la superficie del satélite Europa y vieron similitudes con la capa de hielo de Groenlandia
En las profundidades de la corteza de hielo de la luna de Júpiter Europa hay múltiples bolsas de agua líquida, sospecha un grupo de planetólogos estadounidenses a partir de un estudio geofísico que llevaron a cabo. Estas bolsas son sistemas dinámicos y su presencia debajo de la superficie es un indicio de que pueden ser habitables, comunica la Universidad de Stanford.
Se trata de una hipótesis que no es fácil de verificar, pero se fundamenta en la reconstrucción de cómo se formaron los cortes en forma de la ‘M’ de la superficie helada del satélite y su similitud con los glaciares de Groenlandia. Este trabajo se hizo a partir de los datos de radar recabados por la NASA durante la Operación IceBridge entre los años 2015 y 2017.
Los investigadores estudiaron también las imágenes del satélite joviano tomadas por la sonda espacial Galileo en la década de 1990, en las cuales se ven múltiples estructuras prominentes de hielo conocidas como las dobles crestas. El equipo las considera muy parecidas a la capa de hielo de Groenlandia y creen que se formaron de la misma manera.
Según la reconstrucción, el agua, que se encuentra en bolsas bajo la presión del glaciar, salió repetidamente a través de las grietas del hielo y se congeló en el camino hacia la superficie, elevando el relieve a ambos lados de la fisura. La resultante cresta en forma de la M en Groenlandia puede ser una versión en miniatura de estas estructuras. Estas crestas dobles se elevan, aproximadamente, 300 metros sobre la superficie, mientras que las concavidades que tienen en medio miden unos 800 metros de ancho.
“Si los accidentes geográficos de Groenlandia se asemejan a los de Europa, esto sugiere que hay agua en todas partes”, comentó Dustin Schroeder, profesor asociado de geofísica en Stanford y autor principal del estudio publicado el 19 de abril.
Dentro de los sistemas dinámicos, que implican la circulación de distintos compuestos, este líquido forma entornos potencialmente habitables, cree Schroeder. “Debido a que está más cerca de la superficie, donde hay ciertas sustancias químicas interesantes del espacio, de otras lunas y los volcanes de Ío, existe la posibilidad de que la creación de vida tenga una oportunidad. Eso, en el caso que haya bolsas de agua en el caparazón”, dijo Schroeder.
Los investigadores señalaron también que su explicación de cómo se forman las crestas dobles es tan compleja que no podrían haberla concebido sin contar con un análogo en la Tierra.