La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO -por sus siglas en inglés-, promueve el consumo diario de leche y sus derivados durante todas las etapas de la vida. La leche líquida o en polvo y los productos lácteos son los alimentos con la mayor biodisponibilidad de calcio. Otros alimentos, como los de origen vegetal, también contienen calcio, pero su absorción es menor
Desde el año 2001 La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO -por sus siglas en inglés-, estableció el 1 de junio como el Día Mundial de la Leche. El objetivo de esta celebración es motivar el consumo diario de leche durante todas las etapas de la vida, al ser esta considerada uno de los alimentos más importantes para el desarrollo óptimo del ser humano.
Uno de los principales aportes nutricionales de la leche es el calcio, elemento mineral más abundante en nuestro organismo y que influye en la formación y fortalecimiento de huesos y dientes. Si bien el calcio también esta presente en otros alimentos, como las semillas, las hojas verdes y algunos peces grasos, la leche ofrece la mayor biodisponibilidad de calcio. Es decir, es el alimento que brinda una mejor absorción de calcio al organismo.
En palabras de la nutricionista Patricia Vial, Gerente de Nutrición, Salud y Bienestar de Nestlé Centroamérica, “la biodisponibilidad es la parte del nutriente que el cuerpo absorbe, asimila y posteriormente utiliza en sus funciones fisiológicas, la cual puede variar por diferentes factores. Es importante recalcar que la leche líquida o en polvo, junto con los productos lácteos, son los alimentos con la mayor biodisponiblidad de calcio. Es decir, que el calcio de los lácteos se absorbe de manera más eficiente que el calcio proveniente de otros alimentos. Igualmente, la lactosa -azúcar natural de la leche- ayuda a la absorción del calcio, así como la vitamina D, que se encuentra también en la leche y en los productos lácteos”, explicó Vial.
La especialista señala que es importante el consumo diario de leche líquida o en polvo y productos lácteos como el queso. Además, Vial explica que, en algunas etapas de la vida -en las que el organismo enfrenta diversos cambios hormonales y fisiológicos-, el consumo diario de leche es aún más relevante. Específicamente durante:
El embarazo o período de lactancia: si la alimentación durante el embarazo es deficiente en calcio, el organismo obtendrá de los huesos y dientes de la madre el calcio necesario para la formación del esqueleto del bebé, lo que provocará posibles deficiencias a largo plazo. En el caso de la lactancia, el calcio es un componente fundamental de la leche materna y por lo tanto su consumo contribuye al aporte de este nutriente esencial al niño.
La niñez y adolescencia: en estas etapas las necesidades de calcio son mayores, debido al acelerado crecimiento y desarrollo de los huesos y tejidos. El requerimiento diario de este mineral es necesario para lograr una masa ósea óptima, algo que ocurre alrededor de los 20 años de edad. Además, es importante mantener un consumo óptimo de calcio, pues pasadas estas etapas la capacidad de absorción del calcio disminuye considerablemente.
La menopausia: la reducción de las hormonas femeninas o estrógenos limita la capacidad del cuerpo para reestructurar los huesos, lo que puede debilitar la estructura ósea. Durante esta etapa, para evitar que el cuerpo tome el calcio que necesita del reservorio natural -los huesos-, es indispensable cubrir el requerimiento diario de este mineral.
La vejez: a medida que envejecemos la absorción de todos los nutrientes, como el calcio, es menor. Si bien en esta etapa los huesos no asimilarán más calcio, este continúa aportando a funciones importantes como la transmisión de impulsos nerviosos, la coagulación de la sangre y la contracción de los músculos, incluyendo el corazón.
De acuerdo con datos de la FAO, La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, unos 6,000 millones de personas en el mundo consumen leche y productos lácteos. En la mayor parte de América Latina y El Caribe se consumen entre 30 y 150 kilogramos per cápita al año, lo que se considera un consumo medio. La excepción es Costa Rica con un consumo mayor a los 150 kilogramos per cápita al año.
Patricia Vial, Gerente de Nutrición, Salud y Bienestar de Nestlé Centroamérica, concluye reforzando la importancia de vigilar el consumo diario de este alimento y sus derivados en la dieta diaria. De acuerdo con esta especialista en promedio el consumo óptimo por edad es el siguiente: