Este molusco bivalvo pequeño y translúcido era conocido solo a partir de fósiles del Pleistoceno de entre 28.000 y 36.000 años de antigüedad
Investigadores del Instituto de Ciencias Marinas de la Universidad de California en Santa Bárbara (UCSB), EE.UU., encontraron, escondidos en la zona intermareal rocosa del sur de California, moluscos bivalvos translúcidos descritos como ‘Cymatioa cooki’. Lo sorprendente del hallazgo es que esta minúscula especie de almeja, que ha aparecido viva y coleando en una zona examinada escrupulosamente por los científicos durante mucho tiempo, solamente era conocida por los fósiles que dejó hace alrededor de 30.000 años, comunicaron recientemente.
“No es tan común encontrar con vida una especie conocida por primera vez a partir del registro fósil, especialmente en una región tan bien estudiada como el sur de California”, comentó el ecologista marino y coautor del estudio, Jeff Goddard, de la UCSB. Goddard descubrió de manera casual el espécimen buscando invertebrados en las costas californianas en 2018. Quedó intrigado por estos pequeños animales parecidos a dos motas blancas diminutas.
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“Sus caparazones tenían solo 10 milímetros de largo”, dijo. “Pero cuando se extendieron y comenzaron a agitar un pie con rayas blancas brillantes más largo que su caparazón, me di cuenta de que nunca antes había visto esta especie”. Inmediatamente tomó algunas fotografías en primer plano y se las envió a Paul Valentich-Scott, curador de moluscos en el Museo de Historia Natural de Santa Bárbara.
“Estaba sorprendido e intrigado”, recordó Valentich-Scott. “Conozco muy bien a esta familia de bivalvos (Galeommatidae) a lo largo de la costa de las Américas. Esto era algo que nunca había visto antes”, afirmó. Sin embargo, para ubicar la especie necesitaba un espécimen físico. Cuando Goddard volvió a recoger las almejas, habían desaparecido. Nueve viajes después, en marzo de 2019, y casi listo para rendirse definitivamente, Goddard volteó otra piedra y vio la aguja en el pajar. Finalmente, tomó cuatro especímenes para su estudio. “Esto realmente comenzó ‘la caza’ para mí”, rememora Valentich-Scott.
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Los investigadores rastrearon toda la literatura científica desde 1758 hasta el presente hasta que encontraron una ilustración de una almeja fosilizada dibujada en 1937. Había sido recolectada en Los Ángeles y clasificada como ‘Bornia cooki’ (ahora ‘Cymatioa cooki’). Este sitio arqueológico tiene una antigüedad de entre 28.000 y 36.000 años, lo que representa una época del Pleistoceno tardío.
Cuando compararon la especie de almeja que Goddard había encontrado en la costa de California con el espécimen real del museo en el que se basaron las ilustraciones, encontraron una coincidencia perfecta. Valentich-Scott concluyó que eran la misma especie. “Fue bastante notable”, dijo. El estudio fue publicado recientemente en ZooKeys.
Nadie sabe realmente qué hábitats prefieren estas almejas, o por qué en el pasado abandonaron el sur de California. Sin embargo, los investigadores sospechan que estos fósiles vivientes volvieron a entrar en la región recientemente, transportados hacia el norte, como larvas, durante las olas de calor marinas que ocurrieron entre 2014 y 2016. “La costa del Pacífico de Baja California tiene amplios campos de rocas intermareales que se extienden literalmente por millas”, explica Goddard, “y sospecho que allá abajo ‘C. cooki’ probablemente vive en estrecha asociación con animales que excavan debajo de esas rocas”.