LA JORNADA

Expertos aseguran que un fallo judicial no zanjará la crisis en Venezuela

La mediación de Brasil, Colombia y México incluye una exigencia clave sobre el desglose y la verificación independiente de resultados electorales en Venezuela, advierten los especialistas. Temen mayor represión mientras duren esas gestiones.

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva escucha a su homólogo de Chile, Gabriel Boric, en el palacio La Moneda en Santiago, el 5 de agosto de 2024.

Una sentencia del máximo tribunal de justicia sobre la votación presidencial en Venezuela no será “santa palabra” para la comunidad internacional, como sugiere el mandatario Nicolás Maduro, y los tres presidentes izquierdistas que están mediando en la crisis tienen una tarea “ardua” y apremiante, de pronóstico reservado, dijeron los expertos.

La Sala Electoral de la corte suprema de Venezuela inició el peritaje de la elección presidencial del 28 de julio, en la cual Maduro fue proclamado ganador a pesar de que la oposición dice haberlo ganado con base en más del 80 % de las actas de votación.

Maduro, quien introdujo un recurso para que esa instancia judicial decida sobre la votación, dijo el viernes pasado que su fallo será “santa palabra” y que todos deberán respetarla. Los presidentes de Brasil, Colombia y México, que lideran una iniciativa para mediar entre el oficialismo y la oposición, han adelantado que esa no será una solución válida.

“El Consejo Nacional Electoral es el órgano al que le corresponde, por mandato legal, la divulgación transparente de los resultados electorales”, apuntaron Luiz Inácio Lula da Silva, Gustavo Petro y Andrés López Obrador en un comunicado conjunto el jueves.

Según los jefes de Estado, es “fundamental” que el poder electoral venezolano publique los resultados desglosados por cada una de las 30.000 mesas de votación y que además se permita una verificación imparcial de esa pormenorización.

Su gestión, respaldada por varios gobiernos que han cuestionado la proclamación de Maduro y han valorado que el candidato opositor Edmundo González Urrutia ganó, cierra la puerta a que una sentencia selle la crisis postelectoral, de acuerdo con especialistas.

Lula, Petro y López Obrador están aprovechando sus canales de comunicación abiertos con Maduro para expresarle “clarísimamente” que una solución mediante sentencia no resolverá las disputas electorales, señala la especialista en relaciones internacionales y profesora jubilada de la Universidad Central de Venezuela, Elsa Cardozo.

El presidente venezolano dijo el viernes que tenía “pendiente” una conversación con sus tres homólogos y se declaró disponible “las 24 horas del día” para atenderlos.

Esa conversación privada entre los cuatro mandatarios será clave para “destrabar” la disputa electoral en Venezuela, según el experto en relaciones internacionales Luis Peche Arteaga.

“Es muy difícil que esta vía del TSJ sea admitida, si lo que hará es ratificar un triunfo controversial de Maduro”, indica en conversación con la VOA.

Las expresiones de Maduro del viernes contrastan con su actitud “desafiante” ante las dudas sobre su triunfo, dice Cardozo, por su lado.

Misión de paciencia y coaliciones

La tarea de los tres presidentes para ayudar a solventar la crisis en Venezuela “es ardua” y amerita “una gran paciencia y mayor apoyo” de otros gobiernos en la región, comenta a la VOA el politólogo Carlos Romero.

Los tres mandatarios que median buscan prevenir la violencia, hasta una guerra civil, y evitar declaraciones más tajantes de gobiernos como el de Estados Unidos.

“Esta iniciativa se quedaría en el tintero si no hay un apoyo de más países. Hay un pesimismo frente a lo que puedan llegar a alcanzar estas diligencias”, dice el también docente de la Universidad Central de Venezuela.

En la política real, Lula, Petro y López Obrador se topan con dos partes que dicen haber ganado la elección, con un gobierno en carácter “defensivo”, según Romero. “Es una posición ‘suma cero’, se les hace muy difícil plantear una solución” satisfactoria para dos partes que dicen haber ganado la elección del 28 de julio.

Milos Alcalay, un diplomático venezolano de amplia carrera, crítico con el chavismo, menciona que el mundo cuestiona la independencia del Tribunal Supremo de Justicia de su país. Por ello, opina, su dictamen no zanjaría en ningún caso la crisis postelectoral.

“Todos conocen que el estado de derecho está fracturado y el poder judicial es utilizado para salvar el desastre del silencio del poder electoral”, asegura a la VOA el exembajador de Venezuela ante Naciones Unidas.

Alcalay destaca las “presiones” de partidos y organizaciones de la izquierda que existen dentro de Brasil y Colombia por un resultado electoral transparente en Venezuela, así como la expectativa de otros gobiernos sobre las gestiones de los 3 presidentes ante Maduro. Sin embargo, confía en que habrá “una posición hemisférica” común sobre Venezuela.

¿Cuánto tiempo tomará?

El plazo necesario para hallar una solución preocupa a los especialistas.

“El tiempo no cuenta a favor de los venezolanos”, apunta Cardozo, por su parte, resaltando que el gobierno adelanta “una represión sin disimulo”, con cientos de disidentes detenidos, restricciones a la prensa y a la libertad de expresión y al menos 23 fallecidos, según informes de ONG.

Cardozo dice anticipar “expresiones de mayor firmeza” de parte de Brasil, Colombia y México, así como de otros gobiernos de la región y de la Unión Europea, mientras avanzan las diligencias diplomáticas.

El presidente electo en Venezuela debe tomar posesión oficial de su cargo el 10 de enero del próximo año. En noviembre, Estados Unidos votará a un nuevo presidente, que asumirá el poder dentro de cinco meses, en 2025.

Asimismo, Claudia Sheinbaum, aliada política de López Obrador, asumirá la presidencia de México en octubre, dentro de un par de meses.

Este lunes, Sheinbaum dijo respetar “el derecho de los venezolanos a decidir quién los gobierna”.

“Y si hay algún problema, para eso hay instituciones internacionales”, señaló la mandataria electa de México.

Romero, por su lado, advierte que “no es fácil” decretar una fecha tope en negociaciones y diplomacias debido a la complejidad de un cuestionamiento electoral.

“Mientras más pronto, será mejor. En la medida en que pase el tiempo se puede consolidar el gobierno, pero basado en represión, miedo, violencia y puede perder apoyo la gesta democrática”, puntualizó.

Alcalay, por su parte, estima que el oficialismo venezolano dará muestras de “desequilibrio” y “nerviosismo”, entre los que advierte sobre una represión “masiva” aún mayor, a medida que pase el tiempo sin una solución clara.

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