La correspondencia entre el alto funcionario y colegas de Inteligencia, periodistas, ONGs y expertos, muestra quién es “responsable de la formación de la agenda en muchos países del mundo”, afirma el ‘hacker’
Un ‘hacker’ apodado Johnnie Walker ha difundido dos años de correspondencia electrónica de un alto cargo de la Inteligencia de EE.UU. que ocupa una de las posiciones rectoras en la Oficina de Inteligencia e Investigación Departamento de Estado y que se centra en el estudio de Rusia, informa ‘Foreign Policy’.
Según la revista, la filtración consta de correos electrónicos privados sobre Rusia que este alto funcionario envió y recibió en el curso de dos años. Se trata de conversaciones con expertos de Rusia en el Gobierno estadounidense y en la comunidad de Inteligencia, así como con académicos y expertos de institutos de investigación (‘think tank’). Parte de la correspondencia consiste en un intercambio de artículos, noticias y “pensamientos” sobre asunto de actualidad, según la revista.
La filtración está acompañada de un correo electrónico del ‘hacker’ en el que afirma que su ‘víctima’ se comunicaba con altos cargos de la CIA y de otras agencias de Inteligencia, así como con los principales medios de comunicación, ONGs y fondos internacionales. Estos correos electrónicos “presentan la evidencia de quién es responsable de la formación de la agenda en muchos países del mundo, especialmente donde la situación es vulnerable”, recoge la revista la explicación del ‘hacker’.
La identidad del alto cargo ‘hackeado’
El diario ruso ‘Kommersant’, que logró dar con el archivo filtrado, ha revelado nombre de la víctima del ‘hackeo’. Se trata de Robert Otto, que encabeza la División de Asuntos Domésticos de Rusia. De los correos electrónicos se desprende su interés por una amplia gama de asuntos sobre la política interna de Rusia. Asimismo, buscaba información tanto en los medios de comunicación rusos, como en publicaciones de las redes sociales de políticos, expertos y periodistas rusos, incluida la directora de RT Margarita Simonyan.
El alto cargo ‘hackeado’ es “probablemente el principal hombre de la Inteligencia en todo el Gobierno estadounidense en lo que se refiere a Rusia, pues “sabe más que cualquier otro sobre lo que pasa allí”, dijo a ‘Foreign Policy’ una de las personas que figura en los correos electrónicos filtrados. El Departamento de Estado rechazó confirmar o desmentir la autenticidad de los correos electrónicos.
Altos cargos culpan a Rusia, no así los expertos
En relación a la filtración, varios altos cargos estadounidenses no tardaron en sacar las conclusiones acusatorias contra supuestos piratas electrónicos rusos, aunque, según la propia revista, no hay pruebas para ello. Mientras una de las fuentes de la revista en el Gobierno de EE.UU. cree que son rusos, porque “huele a algo que haría Rusia”, varios expertos en seguridad se muestran más cautelosos a la hora de culpar a Moscú.
Uno de ellos, Jeffrey Carr, explicó a la revista que este tipo de ataques son bastante comunes, ya que ‘hackear’ el correo electrónico privado, en este caso, una cuenta de Gmail, no es difícil. La persona que lo hizo podía estar buscando “gloria” o “reputación”, sostiene. Otro experto, John Nichols, opina que, además de Rusia, cualquier joven sería interesado en ‘hackear’ a un experto sobre Rusia.
La bandera falsa
El pasado mes de junio el presidente ruso, Vladímir Putin, se refirió en varias ocasiones a las acusaciones infundadas que suenan constantemente contra ‘hackers rusos’ desde EE.UU. Las insinuaciones sobre la supuesta injerencia de los ‘hackers’ rusos pueden tratarse de una provocación, ya que “es posible que alguien construya deliberadamente una cadena de ataques de tal forma que parezca que proceden de Rusia”, dijo en una conversación con directores de agencias de comunicación internacionales. “Nunca he visto ninguna prueba directa de intervenciones de Rusia en las elecciones presidenciales de EE.UU.”, recordó unos días más tarde en una entrevista con la cadena NBC.
El portal de filtraciones WikiLeaks empezó a publicar esta primavera una serie de documentos sobre el arsenal de armas electrónicas de la CIA ‘Vault 7’. Al menos una de las herramientas desarrollada por la agencia permite hacer pasar los ataques de la CIA por piratas electrónicos extranjeros.