Los científicos sugieren que se trata del mítico Áyax, supuestamente nacido en la isla griega de Salamina
Arqueólogos submarinos griegos descubrieron los restos de un gran edificio público de unos 1.800 años de antigüedad, mientras exploraban las ruinas de una ciudad hundida cerca de una isla griega en el mar Egeo.
La isla de Salamina es conocida por el rol decisivo de su flota en el triunfo de la Antigua Grecia contra el Imperio aqueménida, el 26 de septiembre del 480 a. C., durante los conflictos que se extendieron de 499 a 449 a. C. Además, la zona es considerada como el lugar de nacimiento del poderoso guerrero Áyax, uno de los héroes de la guerra de Troya.
Aparentemente, para el siglo II d. C. la ciudad clásica de la isla de Salamina ya se había derrumbado, pues el geógrafo, viajero e historiador Pausanias en esa fecha escribió que quedaban los restos de un mercado, un templo de Áyax y una estatua de ébano.
Arqueólogos marinos, que llevan años explorando las ruinas de la urbe hundida, en 2021, descubrieron una plataforma que formaba parte del sistema de fortificación de la ciudad, recoge Live Science.
Ahora, el nuevo hallazgo se trata de un edificio enorme llamado ‘stoa’, una galería cubierta que a menudo rodeaba a otro espacio público abierto, como un mercado o una plaza.
Esta edificación medía 32 metros de largo. El interior incluía 6 o 7 habitaciones y, aunque los investigadores no pudieron analizarlas todas, descubrieron que en una de ellas había un gran foso de almacenamiento, de acuerdo con un comunicado del Ministerio de Cultura griego fechado el 26 de octubre.
Los objetos hallados en la estructura son: piezas de cerámica de diversas épocas, que pudieron haber llegado hasta allí viajando a la deriva por el mar; tapones de ánforas; varias monedas de bronce y trozos de mármol del periodo Clásico Tardío (siglo IV a. C.), entre los que se conservó la parte superior de una estela con una imagen en relieve de un hombre que lleva barba y una corona.
Los científicos han sugerido que esta última figura podría representar al propio Áyax, muy venerado en Salamina.