Un espectáculo nocturno de luces fundió la noche con el amanecer en la Ciudad Roja o Tierra de Dios, con el alegre componente que premia a proyectos innovadores dentro de la Cumbre de Cambio Climático.
Esta vez, en la Convención de las Partes de Naciones Unidas sobre el calentamiento global de la atmósfera (COP22), la Medina (casco histórico) de esta ciudad fue escenario del evento a pocos metros de la emblemática Plaza Jamaa el-Fna.
Fue un jolgorio donde no faltaron, como ocurre cada noche a propósito de la COP22, bailes populares de marcado acento árabe, música y comidas en los pequeños restaurantes populares. Y tampoco los discursos oficiales.
Desde el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, hasta el laureado cineasta brasileño Fernando Meirelles, todos exultantes con la puesta en marcha del Acuerdo de París el 4 de noviembre en la urbe marroquí de Casablanca.
Empero, la realidad es que pocos esperaban un vuelco en las promesas y anhelos sobre la impostergable reducción de las emisiones de gases de efecto de invernadero. Sucedió, todavía dentro de un mar de especulaciones, con Estados Unidos.
La elección de Donald Trump como futuro inquilino de la Casa Blanca sacudió con fuerza de movimiento telúrico a la COP22 y le quitó la imagen apacible y segura que pretendía traslucir Marrakech, partir del escepticismo del magnate inmobiliario.
Con las alarmas disparadas, la urbe del laberinto de los Suks de mercados tradicionales al aire libre se prepara para dar un paso trascendental que blinde los arreglos alcanzados en la Ciudad Luz el pasado año.
Dentro del borrador en discusión como documento final, Marrakech y sus casi 10 siglos de existencia, quiere pasar a la historia en el Nuevo Milenio con un acuerdo en el cual espera compromisos de varios países hacia el año 2050.
Al respecto, el director general de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano, apuntó que el mundo debe actuar con rapidez para ampliar las acciones y aspiraciones frente al cambio climático.
Graziano habló sobre el impacto de ese fenómeno en la agricultura y explicó que afecta los cultivos, ganadería, silvicultura, pesca, la tierra y el agua, y también socava los esfuerzos para garantizar la seguridad alimentaria y nutrición.
Fue una intervención que vino a reforzar la premura de los delegados por hacer irreversible lo conseguido en París en la COP21, por lo que John Kerry, secretario de Estado norteamericano, fue enfático en sus palabras.
‘Nadie tiene el derecho de tomar decisiones que afectan a miles de millones de personas en base a una ideología o sin tener la debida información’, sentenció.
En la misma dirección, la Canciller Federal de Alemania, Angela Merkel, y el mandatario estadounidense, Barack Obama, no dejaron lugar a dudas en una declaración conjunta.
‘No habrá un regreso a un mundo previo a la globalización’, afirmaron.