LA JORNADA

Siete puntos para entender la cooperación militar ruso-venezolana

Especialistas opinan que la visita de un alto funcionario ruso a Caracas en plena crisis en Ucrania pretende generar “un efecto mediático” y no supone el incremento de facto de la cooperación militar entre Venezuela y Rusia

Siete puntos para entender la cooperación militar ruso-venezolana
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a la derecha, y el viceprimer ministro ruso, Yury Borisov, hablan después de la firma de acuerdos en el Palacio de Miraflores durante su visita a Caracas, el 16 de febrero de 2022.

Siete puntos para entender la cooperación militar ruso-venezolana. Venezuela volvió a entrar esta semana al ruedo de las tensiones diplomáticas y bélicas por Ucrania gracias a la visita de un alto vocero del gobierno de Rusia, con el que firmó 20 acuerdos y a quien prometió profundizar la “poderosa cooperación militar” entre ambas naciones.

La Voz de América evalúa siete puntos clave de los pactos en Caracas del gobierno de Nicolás Maduro con el viceprimer ministro de Rusia.

1. El pacto, el discurso.

El viceprimer ministro de Rusia, Yuri Borísov, visitó Caracas para afianzar la cooperación del gobierno de Vladimir Putin con el de Nicolás Maduro. Firmó “más de 20 acuerdos de cooperación” en diferentes sectores, con especial énfasis en el energético, dijo el responsable venezolano de petróleo, Tareck El Aissami.

Esos pactos significaron la ratificación del “camino de una poderosa cooperación militar” entre ambas naciones, indicó el presidente Maduro en un encuentro posterior con Borisov en el Palacio de Miraflores, el miércoles.

Esa colaboración en el campo militar se fortaleció en la víspera del inicio de bombardeos en el este de Ucrania, donde Rusia desplegó decenas de miles de soldados, unidades armadas y aéreas en su pulso con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), un organismo multilateral de defensa.

Según Maduro, los vínculos entre Caracas y Moscú suponen su “defensa de la paz, la soberanía, la integridad territorial”. El encuentro ocurrió tres días luego de que la prensa argentina revelara documentos oficiales sobre una presunto ejercicio de las fuerzas armadas de ese país para invadir Venezuela, en 2019.

2. La opacidad de los acuerdos.

Como es costumbre al menos desde 2005, el gobierno venezolano no reveló el contenido ni mencionó el alcance de los acuerdos firmados con el delegado ruso.

El Ejecutivo del expresidente Hugo Chávez, primero, y el de Maduro, luego, se caracterizaron por mantener clasificados los contratos firmados con Rusia.

El argumento para tal opacidad es que los asuntos de interés estratégico, como los de seguridad y defensa, son secreto de Estado, según ha explicado en el pasado uno de los hombres fuertes del chavismo, Diosdado Cabello.

Borísov, un general que ocupó entre 2012 y 2018 el viceministerio de defensa de Rusia, comentó en Caracas que espera que ambas naciones eleven “a un nuevo nivel” su “cooperación técnico militar y científico militar”.

3. La opinión sobre la OTAN.

Maduro criticó vehementemente a la OTAN por su rol en los países vecinos de Rusia. Garantizó su total apoyo a Putin “en la lucha que está dando para disipar las amenazas de la OTAN y del mundo occidental”.

Aseguró que anhela que “Rusia siga siendo un territorio de paz” y dijo que “cada palmo” del territorio ruso fue reconquistado de las manos nazis, a mediados del siglo pasado, en una batalla que le costó 20 millones de muertes, según precisó.

El Kremlin exige desde finales de 2021 al organismo multilateral de defensa que cese su “expansión” hacia el este de la zona euroasiática.

También, demanda que retire su invitación de adhesión a Ucrania y Georgia, un país exmiembro de la Unión Soviética. Otra de sus propuestas durante las negociaciones es que la OTAN no despliegue armas ofensivas cerca de sus fronteras y que la Alianza se retire a las posiciones que tenía 25 años atrás.

4. Una alianza “discursiva”

Jonathan Benavides, politólogo venezolano experto en temas vinculados a Rusia, desestima que la “crisis severa” de Ucrania vaya a tener un efecto en el país presidido por Nicolás Maduro. “Venezuela se ha convertido en un Estado marginal en cuanto al interés internacional. Los venezolanos tendemos a pensar que somos el ombligo del mundo y no es así”, comenta a la Voz de América.

Duda que Venezuela pueda dar un paso adelante para apoyar militarmente a Rusia en medio de las tensiones en su frontera con Ucrania. Advierte sobre la desprofesionalización y crisis existente en la fuerza armada venezolana.

“La estrecha relación entre Venezuela y Rusia no pasa de ser una línea discursiva y retórica para que el gobierno de Maduro se escude en Rusia como si aún viviéramos los tiempos del desaparecido y fracasado Pacto de Varsovia”, dice, en referencia al acuerdo de cooperación militares entre países del este de Europa que promovió la Unión Soviética en 1955 para contrarrestar a la OTAN.

5. Presencia “marginal”

La visita de un alto funcionario ruso a Venezuela, Nicaragua y Cuba esta semana revela que el Kremlin adelanta “un manejo geoestratégico” de su política exterior, opina la experta en relaciones internacionales, Jackeline Bonarroch.

Borísov se hace eco de “la política de micrófonos” y de visitas a aliados estratégicos de Rusia, más que de una verdadera intención de invadir Ucrania, como lo temen Estados Unidos y sus socios del mundo occidental, juzga.

Bonarroch remarca que la presencia de tropas o personal militar ruso en Venezuela sigue siendo “marginal”, a pesar de la alianza pública y reiterada.

6. Efecto mediático

El especialista en relaciones internacionales, articulista y docente venezolano, Félix Gerardo Arellano, valora que la visita de Borísov a la región tiene como finalidad “el efecto mediático” y dice lamentar que, a su juicio, América Latina se haya “prestado al juego del autoritarismo” del gobierno de Putin.

“Primero, fue la visita del presidente argentino Alberto Fernández y sus reuniones con Putin y China en el marco de los Juegos Olímpicos de Invierno. La guinda en la torta la puso [Jair] Bolsonaro”, el mandatario de Brasil que recién tuvo un encuentro con su homólogo ruso en Moscú.

“Es una señal muy penosa y lamentable para el mundo. Cuando el resto del mundo está tratando de presionar para una salida pacífica y la convivencia, América Latina se presta para el juego autoritario de Rusia”, insiste.

Arellano considera que el encuentro de Maduro y uno de los hombres más cercanos de Putin tiene una consecuencia netamente mediática. “Rusia es una potencia nuclear, un gigante ideológico, pero un enano económico”, dice.

7. La incredulidad norteamericana

Venezuela aterrizó en el tablero de las tensiones diplomáticas sobre Ucrania en enero. Entonces, el jefe negociador de Rusia ante Estados Unidos y viceministro de exteriores, Sergei Ryabkov, se negó a negar o confirmar en una entrevista que Moscú haría un despliegue militar en Venezuela o Cuba si Occidente no restringía de alguna manera sus actividades militares en Europa del Este.

Washington calificó aquellos comentarios como “fanfarronadas”, si bien el ministro de Defensa venezolano reivindicó entonces su alianza con Rusia.

Con la colaboración de Álvaro Algarra, desde Caracas.

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