China y Rusia están muy por delante del Ejército estadounidense en el campo de armas ultrarrápidas, indica el periódico
China y Rusia cuentan con armas capaces de atacar a una velocidad extrema, lanzarse a grandes distancias, evadir la mayoría de las defensas aéreas y transportar explosivos convencionales u ojivas nucleares, mientras que EE.UU. no las tiene, reporta Wall Street Journal.
Moscú ha desarrollado armamento que puede amenazar a las fuerzas de la OTAN en Europa, siendo el misil Avangard, un vehículo de planeo hipersónico con capacidad nuclear que puede llegar a EE.UU. viajando a 27 veces la velocidad del sonido, el que genera mayor preocupación.
Durante más de 60 años, EE.UU. ha invertido miles de millones de dólares en docenas de programas para desarrollar su propia versión tecnológica, sin embargo, esos esfuerzos terminaron en fracaso o fueron cancelados antes de tener la oportunidad de ser exitosos, explica WSJ.
El plan del Ejército estadounidense para desarrollar un arma hipersónica de largo alcance este año quedó en duda después de que un vuelo a prueba de principios de marzo se cancelara en el último minuto, al comprobar que una batería no se activó.
También en marzo, la Fuerza Aérea suspendió su programa hipersónico más avanzado, desarrollado por Lockheed Martin, luego de varias pruebas fallidas.
Uno de los mayores obstáculos para el desarrollo de armas modernas en EE.UU. es la falta de infraestructura necesaria para realizar las evaluaciones, pues una gran parte de ella tiene décadas de antigüedad.
El Pentágono no solo se enfrenta a pruebas fallidas y una infraestructura inadecuada, sino también a la ausencia de un plan claro y general.
Los gigantes asiático y euroasiático han realizado cientos de ensayos con esta nueva generación de armas durante la última década.
En manos de potencias como China o Rusia, los hipersónicos tienen el potencial de alterar el equilibrio estratégico mundial, mientras los sistemas de defensa antimisiles hipersónicos de EE.UU. son incipientes.
La mayoría de los proyectiles de crucero viajan a la velocidad del sonido y siguen una trayectoria de vuelo predecible, lo que los hace más fáciles de interceptar, al tiempo que los misiles hipersónicos son casi imposibles de interceptar con los sistemas actuales. Incluso el buque de guerra estadounidense más avanzado podría quedar indefenso ante un ataque hipersónico.
“Nuestra nación ha optado por no crear una capacidad operativa y mucha gente pregunta por qué”, afirmó Leon Neil Thurgood, un teniente general retirado que dirigió trabajos hipersónicos del Ejército.