La Dirección de Migración y Extranjería de Costa Rica anunció que desplazarán un total de 98 nuevos efectivos para fortalecer la Policía Profesional de Migración en los distintos puestos de control fronterizo y pasos irregulares al norte del país.
La decisión responde a los esfuerzos de coordinación interinstitucional que el gobierno costarricense lleva adelante para atender los flujos extraordinarios de migrantes nicaragüenses.
En promedio, cada día 200 nicaragüenses solicitan asilo en Costa Rica, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). De momento, el país está analizando un total de 23.000 solicitudes de asilo de parte de nicaragüenses, pero sólo el 20% de ellas fueron presentadas por personas viviendo fuera del territorio costarricense.
Crimen en la mira
Horas antes de este anuncio, el presidente Alvarado afirmó en una cadena nacional que el país tomará las medidas de seguridad necesarias para garantizar un control migratorio seguro, ordenado y registrado, y para prevenir el ingreso de personas que representen un riesgo para la seguridad nacional.
Las tensiones en Costa Rica han aumentado desde que se incrementó la llegada de migrantes nicaragüenses al país. Sólo en la última semana se registraron tres crímenes de odio hacia nicaragüenses en San José, la ciudad capital.
La presión escaló aún más desde que se dio a conocer la presunta participación de nicaragüenses en dos casos de violación a turistas europeas en la costa caribeña del país.
A raíz de esta situación, miembros de grupos radicales, barras de fútbol y personas con antecedentes delictivos organizaron una marcha xenófoba que tomó las calles de San José la tarde de este sábado. La protesta, calificada como “violenta” e “inédita” por el propio presidente Alvarado, dejó un total de 44 personas detenidas por cargos de agresión, posesión de armas blancas y fabricación de los explosivos caseros.