San José – El Movimiento Sindical Costarricense entregará hoy al presidente Carlos Alvarado y a la Iglesia Católica el documento Una reforma fiscal justa y solidaria para Costa Rica, la alternativa obrera al plan fiscal del Ejecutivo.
Representantes de los sindicatos ticos, agrupados en el Movimiento Sindical, serán recibidos esta tarde por el presidente, a quien presentarán su propuesta para resolver el elevado y peligroso déficit fiscal del gobierno central, sin aplicar nuevos impuestos ni gravar la canasta básica.
Hace dos semanas, líderes obreros revelaron los principales puntos de su iniciativa, con la cual buscan que el Ejecutivo desista de continuar impulsando en la Asamblea Legislativa su proyecto legal Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, que contiene nuevos impuestos y gravará con un dos por ciento la hasta ahora exenta canasta básica.
Precisamente, esos son los elementos que los sindicatos rechazan de plano, algo en que son respaldados por algunos diputados, como los del opositor Partido Restauración Nacional, que ya adelantó su rechazo a la propuesta oficial por gravar los productos de la canasta básica, que afectará sensiblemente a los sectores más vulnerables.
La iniciativa obrera se conocerá además dos días antes que el Ejecutivo presente a la Comisión Especial del Legislativo un nuevo texto sustitutivo a su proyecto legal, pues el anterior fue rechazado por seis votos contra tres de los nueve legisladores que integran ese grupo parlamentario.
Enviado por watsapp a los diputados, trascendió que en ese texto sustitutivo el Ejecutivo reduce de cuatro a dos por ciento el impuesto a los servicios privados de educación, al igual que a las medicinas, pero mantiene el gravamen a la canasta básica.
Para expresar su tajante oposición, el Movimiento Sindical ya realizó dos sonadas huelgas generales y no descarta nuevas acciones para lograr que el gobierno retire ese plan fiscal de la corriente legislativa e instale una mesa de diálogo con la participación de todos los sectores de la sociedad tica.
En esa mesa se discutirían y aprobarían las medidas a adoptar para disminuir el déficit fiscal que agobia al gobierno, pues cerró 2017 en un 6,2 por ciento del Producto Interno Bruto y se espera que concluya 2018 en un 6,7 por ciento, acercándose a un punto que podría desembocar en una crisis económica.