El Mar Rojo no consiguió detener a Moisés, tampoco el muro de Jericó a Josué. ¿Podrá Rungvisai impedir la victoria 47 del mejor púgil de la tierra, el próximo 18 de Marzo en el Madison Square Garden de New York?
Acampando en Costa Rica, sabiendo que existe diferencia entre conocer el camino y recorrerlo, Román “Chocolatito” González enterado de esa dualidad se apresta a otra prueba en su ya larga y exitosa carrera dentro del cuadrilátero.
Muy cerca de empatar el récord en poder de dos dioses boxísticos como Marciano y Mayweather (49/0); el joven nicaragüense paralizará a millones de paisanos frente a la TV, dentro y fuera de su terruño, expectantes del choque contra un zurdo de pegada respetable dispuesto a ensombrecer el currículum del pinolero.
Esta será su segunda pelea en peso mosca versión CMB, luego de una reñida batalla frente al mexicano Carlos “El Príncipe” Cuadras el diciembre pasado en California. Combate que contendió por el mejor del año, fueron doce asaltos de centelleante trajinar que abortó una decisión unánime pero controvertida para los aztecas. Esa noche Román caminó sobre brasas en cada episodio, como si atravesara los círculos del infierno de Dante Alighieri en la “Divina Comedia” para coronarse en una cuarta categoría, el tetra campeonato fue un match que validó cada dólar pagado en el Forum de Inglewood.
¿Será el tailandés tan duro y efectivo como para descifrar el talento de González?; interesante incógnita que abre la discusión previa a un combate donde el ímpetu comprobado del asiático dispuesto al intercambio sin temer al golpeo fiero de Chocolatito, será el ingrediente básico para sobrevivir o morir.
Román ha demostrado tener siempre un plan B de acuerdo al rival en turno, es una especie de scan que realiza de sus contrincantes en los primeros asaltos; esa información registrada en su memoria está en constante revisión a medida que la pelea avanza, Chocolate propone, ejecuta y coloca en el tapete las fallas para ir tras su presa simplificando peligros.
El riesgo de sucumbir existe ante cada reto, Chocolatito ha dejado mentalmente abierta la posibilidad de un tropiezo como parte de su participación en el juego de tronos llamado boxeo, eso significa que el chavalo cobijado de una humildad genuina ha madurado aceleradamente.
Tener conciencia de la derrota es un diagnóstico sólido de que no le teme al cambio en su palmarés. Argüello, Leonard, Durán, Oscar de La Hoya como muchos otros más fallaron intentando prolongar las victorias, hubo un Waterloo en el camino y tal como Napoleón la grandeza de ellos en la historia no se minimizó.
En el boxeo no se llega muy largo sin los números, las estadísticas determinan la valía porque no mienten, pero caer es parte del libreto, a veces la grandiosidad existe en el fulgor del combate. Ahí está el recuerdo imperecedero de ”El Flaco Explosivo” frente a Pryor en el Orange Bowl de Miami; mostrando la versión humana de Troya con Ulises y el Cíclope en “La Odisea” de Homero llevaba al ring. Alexis cayó, pero jamás dejó en duda su continuidad entre los omnipotentes del arte de fistiana.
Leer también: Madre de Román “Chocolatito” González exige a su hijo dejar el boxeo
¡Chocolatito ya es una deidad del tinglado; con su pedestal de inmortal garantizado en Canastota! Hay que ir a New York, estoy seguro que vale la pena tomar asiento para ver al Caupolicán.
*Miami Fl. USA) Sígueme en Twitter
Twitter: @RogerTrujilloJr