Las autoridades de la India amenazan con expulsar al pueblo indígena chenchu de su tierra ancestral en una reserva de tigres en nombre de la conservación de la naturaleza. Paradójicamente acaban de aprobar la exploración de uranio en la misma reserva, una medida que ha indignado a los activistas quienes acusan a las autoridades de hipócritas.
Los indígenas chenchus de la reserva de tigres de Amrabad suplican que se les permita quedarse en la tierra de la que han cuidado y dependido durante milenios.
“El Departamento de Bosques planea expulsarnos de este lugar. No queremos ir a ningún sitio. Protegemos nuestro bosque. Si nos vamos de aquí será como sacar a un pez del agua, morirá (…) Pero ahora el Gobierno, en beneficio propio, está separando a los chenchus del bosque, que es como separar a los hijos de sus madres”, explican los afectados.
Y agregan: “El Gobierno está vendiendo el bosque a empresas mineras. Si vamos a las planicies nos volveremos adictos al alcohol, beberemos y moriremos. En el futuro solo podrán ver a los chenchus en fotos y vídeos. (…) Vivimos en el bosque y moriremos en el bosque. El bosque es nuestra madre y nuestra vida. La naturaleza es nuestra vida, sin la naturaleza no podemos vivir.”
Las autoridades de la India justifican sus expulsiones forzosas de pueblos tribales, que son ilegales según la legislación nacional y el derecho internacional, alegando que cualquier presencia humana en las reservas es perjudicial para los tigres. Sin embargo, un gran número de turistas puede pagar para visitar muchas de estas áreas protegidas donde se han llegado a construir carreteras, se ha explorado en busca de minerales y hasta hay casos de actividad extractiva.
Según el director de Survival International, Stephen Corry: “Esto es lo último en hipocresía: las autoridades expulsan a los indígenas que han cuidado de sus entornos naturales durante milenios con el pretexto de que la población de tigres sufre si las personas se quedan, y sin embargo en la misma zona permiten prospecciones de uranio. Esto es un engaño. Y está dañando la conservación de la naturaleza. Los turistas que visitan la Reserva de Tigres de Amrabad deberían ser conscientes de que están apoyando un sistema que conduce a la expulsión ilegal de pueblos indígenas, los mejores guardianes de la naturaleza, de sus tierras ancestrales, y de que algún día las minas de uranio podrían ocupar su lugar”.