Hay algo que tiene Saúl Álvarez que excita a las masas del boxeo, es una especie de atracción legendaria nacida entre mariachis y tequila. Sin embargo la parafernalia con PPV incluida observada en Las Vegas, no fue más que un fiasco con su ejército de pixeles en la postal donde el tapatío aparece alzando sus puños después de pelear con un fantasma llamado Julio César Chávez Jr.
Decía William Shakespeare: ”El que no tenga estómago para la pelea, que se vaya” y eso mismo debió hacer el hijo de la leyenda antes de firmar y cobrar seis millones de dólares. Su “silencio” en el cuadrilátero durante doce asaltos fue la más elocuente forma de mentirnos.
Siempre creí impensable un acercamiento a duelos tan fieros entre mexicanos como los de Barrera y Morales. La ecuación sencilla aligeraba el gasto de neuronas, ni Chávez ni el Canelo están en esos picos altos de grandeza que arroparon a Marcos y Erick. ¿Cómo imaginar entonces algo parecido?
Los protagonistas
La mercadotecnia, la minuciosa selección de rivales con carreras a punto de claudicar, oponentes inflados traídos de categorías inferiores y una gran muchedumbre urgida de ídolos ponen a Canelo entre los favoritos. Creo que es un buen boxeador, pero no el mejor del mundo.
Por otro lado un talentoso joven, cargando inmerecidamente el nombre de un fenomenal boxeador llamado Julio César Chávez. Su hijo menoscabó facultades con los reiterados actos de indisciplina y mal comportamiento fuera del ring. Un cutre desempeño brindado frente a Canelo debería ser el epílogo de una intermitente y fallida carrera boxística.
Triple GGG lo mejor en Las Vegas
¿Qué otro apunte podría tener después de semejante puntuación 120/108 con solo 71 golpes acertados por Chávez Jr, sin un solo round ganado?. ¡Ni una pizca de emoción, nadie de pie! excepto el Canelo; demostrando una formidable condición física, esa fue la radiografía entre Álvarez y Julio César.
La presencia de triple GGG rescató una pantomima vendida en pago por evento a razón de 70 dólares por casa en Estados Unidos. Sin ese video de HBO promocionando la batalla del próximo 16 de septiembre, con Saúl Álvarez y el kasajo Gennady Golovkin arriba del ring, además de la cara a cara en traje formal, todo hubiera sido un chasco redondo. La noticia confirmada fue luz al final del túnel, porque lo demás ofendió al mundo.