Por Roger Trujillo Jr.
Disparos de pistola resuenan en la noche en el bar (….) Mientras tanto, muy lejos, en otra parte de la ciudad, Rubin Carter y un par de amigos van conduciendo por allí…canta Bob Dylan; y es que: Si algo puede salir mal, saldrá mal; dice Murphy en una de sus leyes y todo es probable. No solo la cárcel con inocentes como en la película “The Hurricane” sino también el riesgo, que supone en cada pelea el boxeo.
Chocolatito González subirá el sábado con el viento a su favor. ¿Por qué? La madurez se alcanza con experiencia y es una buena dosis arriba del ring. Si le agregamos al cóctel, juventud, poder en los puños y velocidad para esquivar, la mezcla que nos arroja un batido como este es tempestad segura para Rungvisai, porque pelear con Román es como desatar un huracán.
Aún en su más fiera complicación con “El Príncipe Cuadras” en California, Chocolate supo ir hacia adelante en medio del golpeo al que todo buscador de tesoros se expone cuando arriesgar con agresividad es una constante en su perfil.
Ir a fondo sin recibir, sería como creer que un tigre no te va atacar porque eres vegetariano, decía Bruce Lee. El recurso del tailandés será perseguir la pelea en corto, lo que posibilita el ataque frontal de Román y la amplitud de lucir sus vastos recursos con propiedad.
Nadie creyó posible la debacle de Tyson frente a Buster Douglas en Japón, sin embargo ocurrió y parecía que la tierra giraba al revés. Así que el riesgo es un ingrediente a la hora de medir capacidades y talento. Pero lo esperado este 18 de Marzo como lo certifican las apuestas es ver a Román enaltecer y sacarle más brillo a su condición de invicto. Despejando la insensata idea de uno que otro torpe que insiste en negar la evidencia demostrada por Chocolatito en cuarenta y seis peleas. Siempre; intercambiar argumentos con una persona que ha renunciado a la lógica es como darle medicinas a un muerto, afirma Thomas Paine. ¿Ustedes que creen?
Desde su arranque amateur bajo la tutela de su descubridor Alexis Argüello, Román decidió convertir su cuerpo en un arma dentro del ring, saltando al profesionalismo queriendo ser un guerrero con disciplina férrea. Renunció a todos los placeres inútiles que la juventud disfruta. Rápidamente encontró en los puños la mejor manera de comunicarse con el resto del mundo, e hizo prosa con su boxeo. He visto púgiles excepcionales y González no dista de ellos.
Es vital trascender para escapar de nuestros límites, como lo hizo Víctor Hugo, Nelson Mandela y Thomas Mann. Chocolatito desde la Montaña Mágica encumbrada donde habita lo sabe, por eso está ahí.
PD: “No vine a decirles cómo terminará esto, he venido a escribirles cómo continuará… “