WASHINGTON — La victoria de Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, en las elecciones presidenciales de México representa un cambio radical en la política mexicana, al menos desde el punto de vista de quien tiene el poder.
En los últimos 20 años, los dos partidos mayoritarios, el PRI y el PAN, se han alternado el gobierno. La llegada de López Obrador rompe esta secuencia.
“El sentimiento de muchas personas en México es que este será el comienzo de una nueva era”, dijo Duncan Wood, el director del Mexico Institute del Wilson Center. Por lo tanto, “uno de los retos que tiene ahora es no decepcionar” al país, añadió Wood en una conferencia telefónica.
Uno de los principales problemas de la nación latinoamericana es la violencia, y el año pasado fue uno de los peores en décadas. La cifra de 26.573 muertos cerró un 2017 en un país que no veía tantos asesinatos desde los peores años de la guerra contra el narco. La incapacidad del estado para mantener la seguridad en las regiones marginales explica, en parte, la terrible situación.
Como explica Eric Olson, subdirector del programa de Latinoamérica del Mexico Institute, la corrupción, uno de los pilares de la campaña de AMLO, tiene mucho que ver con la inseguridad. La falta de legitimidad de las instituciones, por ejemplo, hace que un 92% de los crímenes queden sin denunciar. Además, la promesa de un aumento del gasto social y del empleo, atrae a los jóvenes mexicanos de las clases bajas, quienes son los más vulnerables a ser reclutados por las bandas criminales, añadió Olson.
El interés por las clases bajas, su crítica a la política mayoritaria y sus promesas de aumentar el gasto público, entre otras, han hecho que los medios de comunicación a nivel internacional hayan calificado a AMLO como un político de extrema derecha. En México, dijo Duncan Wood, el director del Mexico Institute, la oposición trató de desacreditarlo comparándolo con Hugo Chávez, el difunto mandatario venezolano.
No obstante, Wood piensa que la realidad es otra. “Si se mira a las políticas que implementó cuando fue alcalde del D.F., él es mucho más propenso a la continuidad que a la revolución”, explicó Wood. Para él, las políticas económicas de López Obrador son ortodoxas, ya que quiere estabilizar el mercado y, sobre todo, proteger la economía nacional. “Está mucho más centrado en el orgullo nacional que en si es de izquierda o de derecha”, agregó Wood.
Relaciones con EE.UU.
El lunes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo en una rueda de prensa que mantuvo una conversación telefónica con López Obrador en donde hablaron sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la seguridad en la frontera. “Creo que la relación [entre EE.UU. y México] será muy buena”, dijo el presidente.
Anthony Wayne, experto en políticas públicas para el Wilson Center, opina que el presidente Trump no estaría equivocado. Para él, ambas naciones tienen muchos intereses en común, desde el tráfico de drogas hasta el desarrollo económico interno de cada una. “Hay situaciones en las que países no son necesariamente los mejores amigos pero ven el interés de trabajar juntos, espero que este sea el caso”, dijo Wayne.
Respecto al TLCAN, los expertos no creen que AMLO decida retirarse de las negociaciones. “México necesita mantener la confianza de los inversores internacionales para que López Obrador tenga un gobierno exitoso”, dijo Christopher Wilson, el subdirector del Mexico Institute.
La política proteccionista del actual gobierno de EE.UU. y las promesas de campaña de AMLO guardan una semejanza: ambas buscan poner los intereses económicos nacionales como prioridad. “México necesita el mercado estadounidense y EE.UU. necesita el mercado mexicano también”, sentenció Wilson.