Afirmó que pronto el pueblo volverá a resurgir

Monseñor Silvio José Báez Ortega, Obispo Auxiliar de Managua, dijo durante su homilía de ayer Domingo de Ramos que “nuestro pueblo es un pueblo crucificado, pero resucitará para ser una sociedad basada en la justicia, donde no sea delito pensar distinto”. Agregó que “Dios está de parte de la víctima, no del verdugo”.
El alto representante católico al que lo traslada el Papa Francisco sin razones claras para el Vaticano a Roma “por un tiempo” hizo la solicitud a los nicaragüenses a “luchar por la libertad”.
“Nosotros no podemos olvidar ni ser indiferentes ante las víctimas crucificadas de hoy, los presos políticos, los exiliados, los que todavía se ocultan temerosos, las madres que lloran a quienes fueron asesinados por la represión”, dijo durante su mensaje.
El obispo dijo al inicio de la misa dominical que no solicitó salir de Nicaragua y que seguirá orando por su pueblo desde el Vaticano.
Afirmó “no podemos olvidar, ni ser indiferentes frente a las víctimas crucificadas de hoy, frente a los presos políticos, frente a los que todavía se ocultan temerosos”.
Monseñor Báez hizo el llamado también a no olvidar ni ser indiferentes “frente a las madres que lloran a quienes fueron asesinados por la represión, frente a un pueblo que no se le deja de seguir, frente a una sociedad que se encamina al despeñadero”.
“Hoy contemplamos a Cristo en nuestro pueblo, y lo contemplamos para proclamar que Dios está de parte de la víctima, no del verdugo, que está de parte del último, del empobrecido, del manipulado ideológicamente, del que sufre desconsolado, del que no tiene esperanza, del martirizado todavía hoy”, sostuvo.
“Un pueblo crucificado resucita siempre, sólo les pido, no dejen que nadie les quite la esperanza, Nicaragua tiene que resucitar como resucitó el crucificado del Calvario”, dijo Báez.