Esos destellos brillantes de luz se encienden durante unos pocos milisegundos antes de desaparecer sin dejar rastro
Un equipo internacional de científicos ha detectado más de 500 misteriosas ráfagas de radio rápidas (FRB, por sus siglas en inglés) provenientes de las profundidades del universo, comunicó este miércoles el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en EE.UU.
Las FRB son destellos de luz extrañamente brillantes, que se registran en la banda de radio del espectro electromagnético y que resplandecen durante unos pocos milisegundos antes de desaparecer sin dejar rastro. Esas explosiones se han detectado en diversas y distantes partes del universo, así como en nuestra galaxia. Se desconocen sus orígenes y su aparición es impredecible.
Desde que se descubrió la primera ráfaga de radio rápida en 2007, solo se han visto unos 140 estallidos más de esos. Pero con ayuda del radiotelescopio estacionario CHIME, ubicado en la provincia canadiense de Columbia Británica, se han detectado 535 nuevas FRB durante su primer año de funcionamiento, entre 2018 y 2019.
La importancia de las FRB
Asimismo, esas descargas arrojan algunas pistas sobre sus propiedades. Por ejemplo, parece que se dividen en dos clases: las ráfagas que se repiten y las que no. Se han identificado 18 fuentes de FRB que estallaron repetidamente, mientras que el resto parece que son únicas. Además, los destellos que se repiten duran un poco más y emiten frecuencias de radio más concentradas que las ráfagas individuales.
Esto lleva a los científicos a suponer que los dos tipos de explosiones surgen de distintos mecanismos y fuentes astrofísicas. Se espera que estos descubrimientos no solo ayuden a comprender de dónde provienen las FRB y sus propiedades, sino también para medir otras características importantes del universo como mapear la distribución del gas en todo el cosmos.
“Con todas estas fuentes, realmente podemos comenzar a tener una imagen de cómo se ven las FRB en su conjunto, qué astrofísica podría estar impulsando estos eventos y cómo se pueden usar para estudiar el universo en el futuro”, dijo la coautora del estudio Kaitlyn Shin, del Instituto Tecnológico de Massachusetts.