La técnica, llamada ‘neurorrealimentación descodificada’, podría servir para tratar algunas afecciones de salud mental, afirman científicos del Instituto Internacional de Investigación en Telecomunicaciones Avanzadas, de Japón
Un grupo de investigadores de Japón, EE.UU. y Canadá han creado un nuevo método que modifica el funcionamiento del cerebro de una persona para reducir sus miedos, cambiar sus gustos y aumentar la confianza en sí mismo.
La técnica, llamada ‘neurorrealimentación descodificada’, comenzó a desarrollarse hace 10 años en el Instituto Internacional de Investigación en Telecomunicaciones Avanzadas de Kioto, Japón. Potencialmente podría servir para tratar algunas afecciones de salud mental, como el trastorno de estrés postraumático y el estrés asociado a su terapia, las fobias y la ansiedad, así como para disminuir la dependencia de las drogas, afirmaron los científicos de la institución japonesa en un estudio publicado este martes en la revista Scientific Data.
Se trata de un método de “lectura y descodificación de información específica del cerebro, por ejemplo, recuerdos de miedo”, explicó Mitsuo Kawato, autor principal de la investigación y director de los Laboratorios de Neurociencia Computacional del instituto, en un comunicado compartido por EurekAlert!.
Durante los experimentos, los científicos usaron un escáner cerebral para controlar la actividad cerebral en tiempo real e identificar patrones complejos de actividad que se asemejan a un recuerdo o estado mental específico. Cuando se detectaba el patrón, los participantes de la prueba recibían una pequeña recompensa. “La simple acción de proporcionar repetidamente una recompensa cada vez que se detecta el patrón modifica el recuerdo o estado mental original, detalla el científico, que agrega: “Lo más importante es que los participantes no necesitan ser conscientes del contenido de los patrones para que esto funcione”.
Sin embargo, los expertos apuntaron que la efectividad de esta tecnología varía de persona a persona y puede no ser adecuada para todos. “Si conseguimos averiguar cuáles son los mecanismos por los que las personas regulan su propia actividad cerebral y comprender los mecanismos que causan las diferencias individuales, podremos superar estos problemas y acercarnos mucho más a la realización de las aplicaciones clínicas de esta tecnología”, declararon.
Además, el grupo de investigación creó una base de datos de imágenes neurológicas de los más de 60 individuos que se sometieron al experimento. Esta base de datos consta de imágenes estructurales y funcionales del cerebro, decodificadores de aprendizaje automático y datos procesados adicionales.