Los investigadores identificaron un bacteriófago que pertenece a una familia previamente no identificada que está ampliamente distribuida en los océanos
Un grupo internacional de investigadores descubrió un nuevo virus en sedimentos extraídos a 8.900 metros de profundidad del fondo de la fosa de las Marianas, el lugar más profundo de la Tierra. “Hasta donde sabemos, este es el fago [bacteriófago] aislado más profundo conocido en el océano global”, dijo Min Wang, virólogo de la Universidad Oceánica de China en un comunicado este miércoles de la Sociedad Estadounidense de Microbiología (ASM).
En el marco de un estudio, publicado esta semana en la revista Microbiology Spectrum, Wang y sus colegas buscaron virus en cepas bacterianas recolectadas y aisladas en la fosa de las Marianas. Tras un análisis genómico, identificaron un bacteriófago —microorganismo que infecta exclusivamente a las bacterias y se replica dentro de ellas— que pertenece a una familia previamente no identificada, al parecer ampliamente distribuida en los océanos y que ha sido llamada por los científicos ‘Suviridae’.
Bautizado como vB_HmeY_H4907, este fago recién descubierto infecta baterías del filo ‘Halomonas’, que a menudo se encuentran en sedimentos de las profundidades marinas y en aberturas similares a géiseres en el fondo marino que liberan corrientes de agua caliente. Tiene una estructura similar a la de su huésped y es lisogénico, lo que significa que invade y se replica de la célula bacteriana, por lo general sin matarla. “A medida que la célula se divide, el material genético viral también se copia y se transmite”, explica la ASM.
El estudio ha permitido obtener información sobre las características genómicas, filogenéticas y ecológicas de la nueva familia viral y a entender cómo estos fagos y sus huéspedes “evolucionan juntos en ambientes aislados y hostiles”. Al mismo tiempo, los investigadores consideran que también permitirá ampliar la comprensión de los fagos lisogénicos y “revelar nuevos conocimientos” sobre los estilos de vida de estos virus que habitan en las profundidades de los océanos.
Según Wang, el grupo planea analizar la maquinaria molecular que impulsa las interacciones entre los virus de las profundidades marinas y sus huéspedes. También están buscando otros virus nuevos en lugares extremos para mejorar la compresión de la “virosfera”. “Los entornos extremos ofrecen perspectivas óptimas para descubrir nuevos virus”, aseveró.