Este fenómeno natural ocasionado por la tormenta geomagnética AR 2741 fue visible en varios puntos de EE.UU., como los estados de Nueva York y Minesota
La tormenta geomagnética AR 2741, la más fuerte del último año y medio en la Tierra, se desencadenó la madrugada de este martes dejando las primeras señales en forma de aurora boreal visible desde varios puntos de EE.UU., como los estados de Nueva York y Minesota, informan medios locales.
El índice geomagnético K, que cuantifica las alteraciones en el componente horizontal del campo magnético terrestre, alcanzó altos niveles durante la noche de este lunes, cuando “las partículas solares bombardearon la atmósfera terrestre”.
La tormenta solar empujó el óvalo auroral visible del sur hasta el norte de Minesota. Asimismo, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) emitió una alerta de tormenta geomagnética para el 15 y 16 de mayo, que podría traducirse en más auroras boreales durante la noche de este martes. De momento, se han registrado tres eyecciones de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) desde el viernes de la semana pasada. Se espera que las dos primeras lleguen este miércoles y el último este jueves.
Unedited pictures from last night’s Northern Lights party at Lily Pond in Hancock Township, MI around 3am. #AuroraBorealis #NorthernLights #KeweenawPeninsula #Aurora #StormHour #PureMichigan pic.twitter.com/wZAlA44Tdk
— Isaac (@ID_Photo_Graphy) 14 de mayo de 2019
Según Serguéi Bogachov, investigador sénior del Laboratorio de Astronomía Solar del Instituto Físico de la Academia de Ciencias, la AR 2741 es “una tormenta de grado tres en una escala del uno al cinco”, por lo que “no es un evento máximo”. Las tormentas solares de intensidad máxima se producen una vez cada diez o veinte años, puntualizó.
Bogachov detalló que tales fenómenos ocasionan auroras boreales e interferencias en las radiocomunicaciones, así como problemas en las redes eléctricas o la desestabilización de las órbitas de los satélites. Por otra parte, el investigador ruso advirtió que la tormenta también puede afectar de modo negativo a las personas sensibles a las alteraciones del campo magnético terrestre.