Con una inflación mensual de un dígito y una anualizada de poco más del 600%, Venezuela está en ruta de salir pronto de un ciclo de 51 meses con variación de precios exorbitantes. El país entra en una fase de “inflación galopante”
Venezuela todavía se encuentra en una situación sumamente precaria. Los más recientes datos del Banco Central de Venezuela (BCV) reflejan que el país suramericano ya habría salido, al menos teóricamente, de su ciclo de 51 meses continuos de hiperinflación, de los más extensos de la historia moderna.
Sin embargo, ciudadanos y expertos consultados afirman que la crisis económica persiste.
De acuerdo con cifras del Banco Central afín al gobierno nacional, publicado este fin de semana, la inflación de diciembre fue de 7,6%. La última vez que registró una variación de precios superior al 50% fue en diciembre de 2020 (77,5%).
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Con ello, y luego de cuatro años, el país logra dejar atrás la hiperinflación tras registrar 12 meses consecutivos con una variación de precios mensual menor a 50%, como dicta la teoría económica. El Estado venezolano ya había adelantado con optimismo este resultado.
“Las acciones emprendidas por el BCV, en conjunto con el Ejecutivo, han permitido disminuir de manera considerable la tasa de inflación en el país (…) Venezuela se encuentra en la puerta de salida del espiral hiperinflacionario”, afirmó en diciembre Calixto Ortega, presidente del BCV, en una reunión con parlamentario, reseñada por el portal del banco.
Todavía no
Aldo Contreras, economista y docente de la Universidad Católica del Táchira, resalta que no basta solamente con que un país tenga una inflación menor a 50% para salir de su ciclo hiperinflacionario, sino que, además, su registro no puede ser igual o superar un acumulado del 600%.
“Es lo que establece el Premio Nobel de Economía Phillip Cagan. Utilizando esa definición (de hiperinflación), el propio BCV habla de 686,4%. Al menos, cerramos el año 2021 con hiperinflación”, indica a la Voz de América.
Aún sí, esta cifra anual de más del 600% registrada en 2021 por el BCV es una desaceleración considerable en comparación con 2020, cuando el mismo índice fue de 2.959%
“Están descendiendo (los índices de inflación). Enero será, tal vez, un mes cercano al 5% y pudiéramos estar entre 80 y 100% a final de año. Pudiera ser un año con inflación galopante, que es una de dos dígitos”, señaló el especialista.
Uno de los retos económicos mundiales tras la pandemia del COVID-19 es justamente controlar la inflación, dice. China, por ejemplo, tuvo una inflación acumulada de 2,3% en 2021, Europa de 5%, y Estados Unidos superior al 7%.
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“Lo peor para Venezuela ya pasó, pero todavía estaremos en una inflación galopante, que sigue siendo una de las más grandes del mundo y requiere que se corrijan los problemas estructurales, como el déficit fiscal”, dijo.
Divisas como receta
Luis Martino, residente de Los Teques, en el estado Miranda, en el centro de Venezuela, dice haber notado “una mejoría” en la economía. Lo atribuye a la dolarización de facto que el gobierno permitió desde 2018.
“El ritmo de los aumentos (de precios) se ha reducido. Ya no pasa que un producto duplique su precio de una semana a otra”, explicó a la VOA.
Poder pagar con divisas sus bienes y servicios, dice, “permite planificar un poco mejor, aparte de que ya no hay el desabastecimiento de antes”. Antes de la hiperinflación, Venezuela vivió un período de escasez de productos básicos, desde desodorantes y jabones hasta pañales para infantes y harina de maíz.
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Martino dice, sin embargo, que los precios en dólares aumentan con frecuencia en los comercios donde suele comprar. “Todo ha aumentado. Hace dos años, con 100 dólares resolvías el mes. Hoy, necesitas 300 para lo básico”, apunta.
En su caso, como técnico de computación, tiene la libertad de cobrarles “más caro” a los clientes a medida que la inflación se agudiza. Así, dice mantenerse “a flote” económicamente. “El gran problema lo tienen los que aún cobran en bolívares y no tienen un ingreso en divisas. Para ellos sí debe estar todo peor”.
Margarita Arismendi, entre tanto, describe la situación de los precios de los productos como “horrible” y asegura que esta variación de precios “no ayudó” a la situación del venezolano de a pie.
Encargada de una librería en Caracas, explica que 100 dólares no compran los mismos productos que hace unos años y comenta que la pandemia ha “pegado” en las finanzas del local donde trabaja.
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“Vas a comprar mercancía, como aquí en la librería, que tú compras un poquito de cosas de papelería, y eso es horrible, 400 dólares, 500 dólares. Ya no se puede mantener un negocio”, dijo a la VOA.
Arismendi dice que el proceso de dolarización y las remesas que reciben los que siguen el país de parte de quienes han emigrado han ayudado a amainar la situación económica de muchos, pero cuestiona: “El que gana el (salario) mínimo, ¿cómo puede comer? No puede. Esa es la cosa”.
“Esperemos que ojalá y mejore un poco”, es su deseo para este 2022.
Aún falta un poco
Según los registros independientes, Venezuela tiene 51 meses al hilo con hiperinflación, si bien 2022 puede marcar su salida oficial de ese ciclo.
Venezuela aún no ha salido técnicamente de su ciclo de hiperinflación, a pesar de que se ha desacelerado el aumento de precios de bienes, productos y servicios, opina el economista y profesor de la Universidad Central de Venezuela Luis Crespo.
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“No podemos todavía decretar el fin de la hiperinflación. Estamos apenas en el décimo mes continuo con una inflación mensual menor al 50%. Se necesitan 12 meses” con ese mismo comportamiento, explica a la VOA.
Crespo estima que Venezuela dejará atrás oficialmente la hiperinflación en el primer trimestre de 2022, pero advierte que persisten elementos perjudiciales en la economía nacional, como salarios mínimos insuficientes para cubrir las necesidades básicas, el elevado déficit fiscal y la “asfixia” estatal del sector bancario privado.
Las estimaciones de los especialistas concuerdan con las del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF). Según este centro independiente de análisis, de tendencia opositora contra el gobierno de Nicolás Maduro, la inflación de diciembre fue del 6%, manteniendo también la tendencia de un dígito.
Al igual que el BCV, el observatorio reportó “una importante desaceleración del ritmo de aumento de los precios” tras pasar de una inflación analizada de 3.713% en 2020 a 660% en 2021%.
Sin embargo, en sus reportes pormenorizados destaca que “diciembre de 2021 sería el décimo mes en que se alcanza una tasa de inflación inferior al 50%, lo que sugiere que todavía persiste el cuadro de hiperinflación”.
Ángel Alvarado, economista y miembro del OVF, comenta que él sí es uno de los especialistas que considera que el país podrá salir “de un período explosivo” de la hiperinflación.
“Estamos todavía una inflación alta”, explica a la VOA, pero agrega que factores como el precio del petróleo o las exportaciones petroleras alcanzadas han generado un escenario de “estabilidad relativa”, que se vería reflejado en la variación de precios.
El economista no duda en señalar, entre tanto, y a pesar de las mejorías económicas que se puedan registrar, que: “Venezuela todavía se encuentra en una situación sumamente precaria y tiene un largo camino por recorrer”.