Muchos centroamericanos dirigen sus pasos hacia el país azteca y la cifra de solicitantes de asilo se multiplica por 11 en cuatro años ante las dificultades impuestas por Trump y la pobreza y violencia crecientes en sus países de origen.
Tras los impedimentos físicos y las trabas legales que ha desplegado el presidente de Estados Unidos Donald Trump para frenar la entrada de migrantes centroamericanos a su país, muchos de ellos han redirigido sus pasos y sus objetivos hacia un futuro en el país azteca.
Tras una etapa en la que el Gobierno mexicano se ha mostrado abierto a ayudar a las miles de personas que se agolpan en sus fronteras a la espera de solicitar asilo en Estados Unidos, han dicho este martes que no aceptarán el regreso de aquellos migrantes que busquen asilo en Estados Unidos y puedan correr peligro en caso de volver a suelo mexicano.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de México, Roberto Velasco, ha manifestado que el país no puede aceptar el regreso de aquellos migrantes que corran riesgos y ha aseverado que si Estados Unidos devuelve a migrantes “vulnerables, que han sido víctimas de la persecución en México o necesitan atención especial”, el país centroamericano no lo aceptará.
Las palabras del portavoz de la Cancillería han tenido lugar después de que se celebraran dos reuniones entre altos cargos de ambos países para trazar un nuevo plan en la frontera.
La Administración estadounidense aseveró recientemente que enviaría de vuelta a México a todos los migrantes que no fueran mexicanos y estuvieran a la espera de que se tramite su solicitud de asilo.
Velasco, por su parte, no ha matizado cómo van a determinar ambos países qué solicitantes de asilo se encuentran en peligro de regresar a México. El año pasado, unas 93.000 personas buscaron asilo en la frontera, un aumento del 67 por ciento respecto a 2017, según datos del Gobierno estadounidense.
Pesos en lugar de dólares
Pero es que además, muchos de aquellos hondureños, salvadoreños o guatemaltecos que partieron de sus países en busca de dólares se conforman hoy con ganar unos pesos mexicanos e reiniciar su vida en el país azteca.
No se sabe oficialmente cuántos son, pues la mayoría ingresa al país de forma irregular, y para evitar una posible deportación mantienen un perfil bajo.
Pero algunos datos muestran evidencias de un crecimiento importante en los últimos años. Uno es la cantidad de solicitudes de asilo que recibe la Comisión Mexicana de Atención a Refugiados (Comar).
Si en 2014, el organismo recibió 2.000 peticiones, en 2018, la cifra supera los 23.000, once veces más que hace cuatro años, según publica la cadena británica ‘BBC’.
La mayoría de los solicitantes son migrantes centroamericanos que huyen de la violencia en sus países, según datos de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR).
El número de quienes piden asilo en México aumentó en las recientes caravanas de migrantes, en noviembre pasado y las cifras dicen que el pasado año ingresaron 300.000 migrantes centroamericanos.
Las autoridades mexicanas están sobrepasadas por la cantidad de indocumentados. Muchas ciudades como Tijuana o Monterrey son la residencia de numerosos centroamericanos que han colapsado los servicios públicos y las ayudas generando enfrentamientos entre la población local y los recién llegados.
Ante la pregunta de ¿por qué hay más migrantes centroamericanos que deciden permanecer en México?, la primera razón es que no pueden cruzar a Estados Unidos tras las trabas impuestas por Donald Trump. Otra de las razones es que ya se encuentran en México después de una larga travesía y no quieren regresar a sus países de origen, de los que partieron huyendo de la violencia y la extrema pobreza.
Honduras, Guatemala y El Salvador siguen siendo los países desde los cuales parten las caravanas de migrantes rumbo al Norte.
Trump retoma las amenazas
De hecho, Trump, ha vuelto a amenazar este miércoles con poner fin a la ayuda de Washington a Honduras, Guatemala y El Salvador, en respuesta a lo que ha asegurado que es una nueva oleada de inmigrantes de Centroamérica que se dirigen a Estados Unidos.
Trump, que lucha por conseguir que el Congreso apruebe su solicitud de financiación para construir un muro en la frontera con México, ha expresado su frustración con los gobiernos de estos tres países centroamericanos porque no están ayudando con el problema de la migración.
“Honduras no hace nada por nosotros. Guatemala no hace nada por nosotros. El Salvador no hace nada por nosotros. Y nosotros les pagamos cientos de millones de dólares al año, pero vamos a dejar de hacerlo muy pronto. De hecho, estamos viendo eso en este momento”, ha afirmado.
La solicitud de presupuesto del gobierno de Trump para el año fiscal 2019 incluía 45,7 millones de dólares para El Salvador, 69,4 millones de dólares para Guatemala y 65,8 millones de dólares para Honduras, según el Servicio de Investigación del Congreso.
Trump ha indicado que cree que los tres países podrían impedir “muy fácilmente” que se formen las caravanas de inmigrantes. “Realmente creo que ellos alientan a las caravanas porque quieren deshacerse de la gente del país, de cierta gente”.
El magnate se ha empeñado en relacionar a los migrantes con la delincuencia, cuando lo cierto es que la mayoría de los integrantes de estas caravanas son familias enteras con menores a su cargo. Es indiscutible que entre tantas personas se cuelen indeseables pero no es el grueso de los ‘sin papeles’.