La CEPAL alerta que tasa de la pobreza incrementará a un 50% de los habitantes de Nicaragua, todavía el gobierno de los Ortega Murillo no se pronuncia al respecto
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) realizó la propuesta ayer martes para que ser realice la entrega de un ingreso básico de emergencia mensual que oscile los 143 dólares para los próximos seis meses a por lo menos 215 millones de latinoamericanos pobres, que resultarán los más afectados por el coronavirus.
Todavía el gobierno de los Ortega Murillo no se ha pronunciado al respecto, semanas atrás bloquearon una iniciativa de la oposición de entregar hasta 10 mil córdobas a cada familia para hacer frente al coronavirus.
La CEPAL alerta que la extensión del virus provocará el desplome de las economías de la región durante este año 2020, con una caída que será promedia del PIB de 5,3%, lo que llevará a 28,7 millones de personas bajo la línea de pobreza, alerta el organismo.
En este contexto, la CEPAL -un organismo técnico de Naciones Unidas, con sede en Santiago- hizo la propuesta de realizar la entrega inmediata de un ingreso básico de emergencia (IBE), con la perspectiva de que se mantenga de acuerdo a la situación de respuesta de cada país.
“Esto es especialmente relevante dado que la superación de la pandemia tomará tiempo y las sociedades deberán coexistir con el coronavirus, lo que dificultará la reactivación económica y productiva”, dijo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, durante una rueda de prensa virtual.
Este ingreso de emergencia (IBE) viene a ser el equivalente al costo per cápita para la adquisición de una canasta básica de alimentos y otras necesidades esenciales para la población que se encuentra en una situación de pobreza en 2020, es decir, 215 millones de personas o el 34,7% de la población regional.
En Nicaragua la CEPAL proyecta una pobreza superior al 50%
En el caso de Nicaragua, la CEPAL realizó un cálculo que los niveles de pobreza estarán afectando hasta un 50% de los pobladores.
El Covid-19 llega “en un contexto de bajo crecimiento y, sobre todo, de alta desigualdad y vulnerabilidad, en el que se observan tendencias crecientes en la pobreza y pobreza extrema, un debilitamiento de la cohesión social y manifestaciones de descontento popular”, se lee en el informe cuando menciona a la región centroamericana.