El periodista y politólogo Carlos Alvarado fue juramentado ayer martes como presidente de Costa Rica, al frente de un gabinete multipartidista con el que deberá enfrentar el cuantioso déficit fiscal y los crecientes índices de criminalidad.
Alvarado recibió la cinta presidencial de manos del mandatario saliente Luis Guillermo Solís, en cuyo gobierno (2014-2018) fungió como ministro de Desarrollo Social y de Trabajo, antes de renunciar para disputar la presidencia.
El traspaso de mando se celebró en la céntrica Plaza de la Democracia, aledaña al antiguo Cuartel Bellavista, donde el expresidente José Figueres abolió el ejército el 1 de diciembre de 1948.
Acorde con la imagen de Costa Rica como país ecológico y de energías limpias, el nuevo presidente recorrió la capital desde el Parque Metropolitano de La Sabana, en el oeste, en un autobús con motor impulsado a hidrógeno.
A sus 38 años de edad, Alvarado es el presidente más joven del continente tras ganar las elecciones en un balotaje el 1 de abril pasado como aspirante del Partido Acción Ciudadana (PAC), una agrupación que rompió el tradicional bipartidismo costarricense, dominado por el Partido Liberación Nacional (PLN, socialdemócrata) y el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC).
Alvarado invitó a miembros de ambos partidos, y otros más, a conformar el primer gabinete pluripartidista en la historia de Costa Rica.
“Hemos conformado un gobierno de unidad nacional con el ánimo de dar mayor gobernabilidad al país y para tener mayor cooperación (del Congreso) para sacar al país adelante. El norte será trabajar en lo que nos une”, dijo el nuevo presidente, quien venció en el balotaje al periodista y predicador evangélico Fabricio Alvarado (sin parentesco).