Las llamativas regiones rojas y naranjas repartidas por la galaxia contienen estrellas jóvenes creadas en la fusión estelar de dos galaxias supermasivas.
Los astrónomos a cargo de la operación del Telescopio Espacial James Webb (JWST, por sus siglas en inglés) publicaron la semana pasada una nueva imagen de la galaxia NGC 3256 obtenida con su instrumento de infrarrojo medio. NGC 3256 es una galaxia espiral, del tamaño de la Vía Láctea, que se encuentra a unos 120 millones de años luz de distancia, en la constelación de Vela. La imagen, obtenida en longitudes de onda infrarrojas e infrarrojas cercanas, reveló la evidencia de su violento pasado.
Los científicos estiman que esta galaxia distorsionada es la secuela de una colisión y fusión frontal entre dos galaxias espirales igualmente masivas que ocurrió hace unos 500 millones de años. Las galaxias entremezclaron su polvo y nubes interestelares, lo que resultó en un estallido luminoso de formación estelar continuo que ahora es captado con asombroso detalle por JWST en las partes más brillantes de esta imagen.
El violento pasado de NGC 3256 se constata en los largos zarcillos de polvo brillante y estrellas que se extienden desde el cuerpo principal de la galaxia. Las llamativas regiones rojas y naranjas repartidas por la galaxia contienen estrellas jóvenes creadas en la fusión estelar. Estos astros jóvenes irradian pequeños granos de polvo que luego emiten luz infrarroja que puede penetrar a través del polvo que oscurece la galaxia. Los instrumentos de Webb lograron capturar este brillo intenso con absoluta nitidez.