El fenómeno podría comenzar este 21 de julio, cuando una eyección de masa coronal impacte el campo magnético de nuestro planeta
Los vientos solares derivados de la rotura de un gigantesco filamento de “cañón de fuego” en el Sol impactarán la Tierra este 21 de julio, provocando una tormenta geomagnética débil de categoría G1, informa Spaceweather.com.
“Durante los próximos tres días, es probable que se produzcan tormentas geomagnéticas menores de clase G1[…] La acción podría comenzar hoy, 21 de julio, cuando una eyección de masa coronal [o CME, por sus siglas en inglés] de movimiento lento golpee el campo magnético de la Tierra”, advierte el portal.
Los meteorólogos estiman que una corriente de viento solar “de alta velocidad” sigue de cerca a la eyección de masa coronal. “Su llegada el 22 de julio podría amplificar cualquier tormenta que cree la CME, prolongando las perturbaciones hasta el 23 de julio”, pronostica Spaceweather.com.
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Los filamentos solares son enormes arcos de gas electrificado —plasma— que se abren paso a través de la atmósfera del Sol según la actividad de su campo magnético. Estos gigantescos tubos pueden contener enormes masas de plasma por encima de la superficie de nuestra estrella, pero también son muy inestables, y una vez que colapsan, pueden lanzar chorros explosivos de viento solar, lo que se conoce como eyecciones de masa coronal (CME), explica el portal LiveScience.
Los recientes filamentos solares fueron observados por primera vez el 12 de julio como líneas oscuras en forma de hilo sobre el fondo brillante del Sol. Luego, el 15 de julio, un filamento que cruzó por el hemisferio norte entró en erupción, formando en la superficie un “cañón de fuego” de unos 384.400 kilómetros de largo y 20.000 kilómetros de profundidad. El fenómeno arrojó material solar en dirección a nuestro planeta.
Afortunadamente, la próxima tormenta, que se produce en el momento en que el Sol entra en la fase más activa de su ciclo solar, será débil. Las tormentas solares G1 tienen el potencial de causar fluctuaciones en las redes eléctricas y afectar parcialmente a satélites, además de a los dispositivos móviles y sistemas GPS.
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